Camilo George Díaz
Sin duda alguna este 2020 marcará nuestras vidas por siempre. Por el Covid-19 la fragilidad de la especie humana quedó en evidencia, virus que sin importar estrato, condición social, creencia religiosa o política golpeó miles de familias que perdieron seres queridos. Pasó un año que dejó inmensas tristezas, infinitas angustias y un nuevo orden, pero nos adentramos en el 2021 que, sin duda, será el año de la Esperanza.
Esa Esperanza que como ciudadanos no perdimos, la Esperanza de la vacuna, de volver a estar cerca a los nuestros, de cumplir metas pendientes, de implementar acciones en beneficio de todos, porque si algo nos ha dejado este difícil momento es que la única forma de salir adelante es juntos, agarrados de la mano, pensando en colectivo, sin individualismos.
Aparece en mi mente un pedazo de tierra por la que profeso amor infinito, mi querida Santa Marta, la ciudad dos veces santa, golpeada como muchas por la pandemia, territorio en el que se perdieron miles de empleos, se apagaron cientos de emprendimientos y se aplazaron victorias, pero en la que en su maravillosa gente se mantuvieron vigente los sueños, siempre con la inteligencia de la razón, pero, ante todo, con la pasión que impulsa el corazón.
En 2021 la recuperación económica empezará y terminará en el sector privado, no hay otra forma de que así sea, su responsabilidad de estos con la ciudad no sólo es histórica por las condiciones actuales, sino que llegará a buen puerto con el concurso de todos.
Para ello propongo se piense en un gran pacto para la recuperación y generación de empleo, en donde el sector productivo, empezando por el pequeño tendero, pasando por el emprendedor y terminando en el gran empresario, trabajen juntos para estimular la recuperación de los puestos de trabajo perdidos y también la generación de nuevas plazas. ¡La única forma de superar pobreza es con trabajo!
Gran responsabilidad recae sobre la Cámara de Comercio de Santa Marta, quien en cabeza de su presidente, Alfonso Lastra, realiza una gestión impecable en procura de ello. Ese gran acuerdo, de cara al ciudadano de a pie, deberá buscar un gesto del sector público, para que acompañe dicho trato que sea viable, efectivo y cumplible.
Entran en ese acuerdo todos los gremios, las agencias promotoras, la academia, la iglesia, la banca multilateral, centros de pensamiento, fundaciones sociales y otros con acciones que aterricen a la medida la reciente propuesta que el Consejo Gremial, en cabeza de Sandra Forero, le entregó al presidente Duque, para estimular la reactivación económica.
Siempre he hecho énfasis en que Santa Marta es una ciudad privilegiada, pero también he insistido en la necesidad de ubicar al sector productivo en el centro de la discusión, con voz y voto, como el punto más relevante para impactar positivamente a nuestra gente. Nada más acertado para mi ciudad que la campaña de Libertank denominada, “Con la empresa, Colombia progresa”, en este caso específico, “Con la empresa, Santa marta progresa”.