POR: Jaime Alberto Arrubla Paucar
Señalaba un estadista, que hacer política es como escribir versos, pero gobernar implica realizar la prosa. Efectivamente, para atraer el favor popular y los votos, hay que efectuar propuestas y promesas que quedan muy bien en el tablero; cuando se logra llegar al poder, lo que corresponde es llevarlas a la práctica, cumplir lo prometido. El resultado siempre es frustrante, pero hay que intentarlo y pronto, cuando se goza de aceptación y popularidad.
Por ello la presentación de la futura reforma tributaria no se hizo esperar, busca recaudar 25.9 billones de pesos, la mitad de lo que se había dicho en campaña, pero aun así es ambiciosa y necesaria para poder cumplir con los programas sociales.
Llaman la atención varias cosas del proyecto, que seguramente se irá ajustando en el Congreso. Volvemos al impuesto al patrimonio, muy discutible en la teoría académica, se considera antitécnico, la mayoría de los países no lo tienen, desalienta el ahorro y la inversión; pero, además, se olvida que la propiedad raíz está fuertemente gravada con el impuesto catastral, para tener que hacer otra contribución mayor. Las personas naturales se ven fuertemente afectadas, pues se parte de la idea equivocada de que están privilegiadas si ganan más de diez millones de pesos y deben contribuir con sus impuestos para acabar con la hambruna que invade la nación. Aumentar el impuesto ganancias ocasionales desalienta el tráfico inmobiliario y la inversión.
Creo que la tributación es necesaria, sin necesidad de una presentación tan exagerada y se debería permitir exenciones, por pago de trabajadores, universidades, salud, pues si de verdad hacen cuentas, no hay ningún privilegio y a duras penas alcanza para una congrua subsistencia; de lo contrario, lo que se va a lograr es empobrecer toda la población y desalentar la inversión y la generación de empleo. Gravar las pensiones es inconstitucional, es un ahorro, y en su fuente, ya hubo un gravamen, se está volviendo a gravar por el mismo hecho generador del ingreso; deben pagar el 12% por aporte a salud y ahora un impuesto, ¿entonces qué le queda al pensionado que ya no está en edad de producir? Más equitativo y contribuidos al equilibrio del sistema sería suprimir pensiones privilegiadas, a quienes no han cotizado, comenzando con las presidenciales.
Otro tema polémico sigue siendo la implementación de la política de Paz Total con los grupos delincuenciales dedicados al narcotráfico. Ya se aclaró que no es de “sometimiento” a la ley vigente, sino de “acogimiento” a una propuesta de rebajas y redenciones de penas; al parecer de no extradición y de repatriación de extraditados. Este sueño es de mayor calibre para llevarlo a la práctica, implica cambiar la política antidroga y renegociar compromisos y convenios internacionales; un reto mayor para cualquier gobierno.
Bueno, llegó el momento de las ejecuciones, es decir, de cumplir lo prometido y de demostrar que las promesas no eran alucinaciones y de observar cómo se comporta el político de los sueños en el arte de gobernar. Amanecerá y veremos.