Luis Humberto Tovar Trujillo
Definitivamente Colombia esta padeciendo de un gobierno donde todas las enfermedades del gobernante, antes que reconocerlos, bueno, también es cierto, sus limitaciones e incapacidades no dan para eso.
Siempre, léase bien, siempre, sus limitaciones solamente dan para atribuírselas a los demás; es decir, las traslada a los demás, y ahora a la oposición; antes era al anterior gobierno; la culpa es de la vaca como dícese del título de un libro conocido.
Sufre de autismo selectivo; solo escucha a los delincuentes, que incluye a su conmilitón Maduro; le gusta, siente orgasmos permanentes, cuando se trata de los delincuentes de cualquier pelambre; ese es su entorno preferido junto con la adicción al café.
Solo se cree sus propias mentiras; las sobredosis de café, lo mantienen en la nebulosa, a tal punto de llegar a los más altos niveles de mitomanía.
Las redes sociales están invitando a “los pasajeros con destino a la etnia cósmica, por favor, abordar el tren aéreo, pero sin olvidar llevar el agua líquida”.
Es una burla permanente por los niveles en que se encuentra desquiciado.
Una verdadera vergüenza nacional e internacional, por las incoherencias permanentes, a tal punto, de que cuando se anuncia un viaje al exterior, todo el país, avergonzado esta pendiente de las bestialidades presidenciales.
Lo mas grave de todo, es que, la comunidad internacional creería, y puede serlo, que así somos la mayoría de los colombianos, al haber “elegido” semejante esperpento.
También es muy grave, la capacidad de soportar la humillación el pueblo colombiano; ni siquiera sus mal llamados dirigentes, que amamantados por el gobierno, siguen claudicando en favor de los intereses del gobernante y los suyos, con las excepciones de rigor, y sometiendo al pueblo, sus electores, a actos de indignidad, porque el dinero, y la burocracia los tienen obnubilados.
Todos los días llevamos, desde el inicio de este gobierno, padeciendo un martirologio de mentiras y engaños, partido de las mentiras propias del predicamento mentiroso del socialismo del siglo XXI, de la agenda 2030, de la cual es un apóstol, para empobrecer y llevar a la miseria al pueblo colombiano.
El sentimiento popular está en contra de este gobierno, fraudulento y estafador, porque las promesas anunciadas de campaña, nunca se han realizado; es un gobierno fraudulento; es un gobierno donde la norma general es el estupro político electoral; “prometer para meter y después de haber metido no cumplir lo prometido”.
Convoca al pueblo y lo utiliza, con dadivas delincuenciales, para sostenerse en el gobierno y seguir estafando a la nación, con solicitudes indignantes, como volver por sus fueros delincuenciales contra la corte suprema de justicia, como en el pasado 1985, porque la constitución y la ley le incomodan, como a los delincuentes avezados.