DIARIO DEL HUILA, BOTALÓN
POR: German Liévano R.
Era un proceso anunciado y como se ha vuelto costumbre, nuestra clase dirigente y nosotros mismos no tuvimos ninguna acción efectiva de vigilancia para impedir esta catástrofe. No hay disculpas válidas. Los representantes de los gremios y empresarios brillaron por su apatía.
La Caja de Compensación Familiar del Huila, a pesar de una historia azarosa por aberrantes episodios de corrupción se constituyó en la segunda empresa más importante de la región y generó sentimientos de orgullo en muchos conciudadanos y llegando en la actualidad a más de 10 mil empresas afiliadas con cerca de 340 mil beneficiarios. Su EPS llegó a tener medio millón de usuarios entre Huila y Boyacá. Sin embargo, desde hace pocos años hemos observado con dolor cívico como fue deteriorándose su imagen y potencialidad cerrando distintos proyectos como su cadena de supermercados, el Hotel Timanco y otros más. Hace un año escuchamos con gran expectativa los diversos proyectos de salvamento presentados ante la Superintendencia de Subsidio Familiar, pero sucesivamente fueron denegados por razones que aún no comprendemos y la empresa entró en una lenta agonía. Hasta que llegó la noticia impactante de la intervención de Comfamiliar y la liquidación de su EPS. Era un proceso anunciado y como se ha vuelto costumbre, nuestra clase dirigente y nosotros mismos no tuvimos ninguna acción efectiva de vigilancia para impedir esta catástrofe. No hay disculpas válidas. Los representantes de los gremios y empresarios brillaron por su apatía.
Por solicitud del mismo funcionario interventor encargado por la Superintendencia de Subsidio Familiar, el Dr. Juan Carlos Varela, nuevo director de Comfamiliar Huila, tuvimos la oportunidad de escucharlo en nuestra tradicional tertulia esta semana. Su intención, muy loable, por cierto, era dar una voz de esperanza acerca del futuro de la entidad y que nosotros sirviéramos como caja de resonancia ante la comunidad regional. Nos indicó que se iba a luchar por la supervivencia de la Caja continuando planes recientes como el Parque temático de Pitalito, el club los Lagos, etc. Y que en cuanto al Hotel Timanco de Pitalito ya estaba convertido en una IPS y no explicó cuál sería su futuro como tampoco acerca del Colegio de Palermo del cual nos dio a entender que era mejor concesionarlo tal y como está actualmente. Aducía el Dr.
Varela que está muy agradecido con los empresarios huilenses porque ha crecido el recaudo y él lo siente como un respaldo a la entidad que dirige. No tiene en cuenta que es la única caja regional porque cuando hubo dos las fusionaron y entonces no tiene competencia alguna. Y como el pago del 4% es obligatorio, pues no creemos que pueda interpretarse como un índice de aprobación a la Caja. Además, lo que más nos asombró es cuando preguntamos que iba a pasar con los miles de huilenses que trabajaban en los distintos Hospitales e IPS prestando servicios a la Caja y que han quedado quebrados o al borde de la quiebra, nos respondió que La EPS ya es cosa del pasado y que no hay dispuesto ni un peso para pagar los más de 470 mil millones que adeudan a la red pública y privada. Y comparó la liquidación de la EPS como la amputación salvadora de un tumor maligno y que por lo tanto era un episodio superado, sin asumir ninguna responsabilidad empresarial ante las deudas pendientes. Y además señaló que fue la SuperSalud la entidad que determinó el proceso de liquidación de la EPS, eludiendo cualquier responsabilidad por parte de la SuperSubsidio que era la entidad estatal encargada de vigilar todas las actividades. Por otra parte, se le recordó que la Superintendencia de Cajas de compensación que fue quién lo envió, rechazó varias veces los proyectos de salvamento que la anterior administración presentó a pesar de que fueron elaborados con los mismos asesores de la Super.
Ahora nos dicen que fue la Supersalud ¿Quién quería o quien manipulaba a la Super para la no aprobación de esos proyectos? ¿Qué intereses poderosos se mueven alrededor de las empresas de salud que quieren convertirse en prestadoras monopólicas, pues cada vez que se liquida una empresa como Comfamiliar sus miles de afiliados se reparten como premio para refuerzo de esas EPS? Pero ninguna entidad del estado gestiona recursos para pagar las millonarias deudas por la facturación de servicios prestados y así continúa el terrible círculo vicioso de la quiebra de los prestadores…SaludCoop, Cafesalud, Caprecom, Comparta, Medimás, etc. y ahora Comfamiliar convierten al sector de la salud como la actividad de mayor riesgo en el país pues las entidades de control creadas como las Superintendencias de Salud y de Subsidio Familiar tienen más la vocación de sepultureros que la de servir de soporte y control de dichas actividades .
Y según el Decreto 2595 del 2012 …” La Superintendencia del Subsidio Familiar es la entidad de orden nacional que ejerce inspección, vigilancia y control sobre la administración de los recursos del Sistema del Subsidio Familiar y la gestión de los programas y servicios que se financian con los mismos…” Aquí vale la pena comparar el afán del gobierno de Andrés Pastrana para salvar el sector financiero y bancario en crisis por las UPAC en 1998 creando el impuesto del 4 x mil que se presentó como temporal para salvar los bancos y lleva ya más de 24 años….
Pero en nuestra opinión, la figura jurídica de la Intervención le genera un blindaje a Comfamiliar para que no sea embargada y de este modo sus centenares de acreedores muchos en quiebra total o parcial tendrán que recurrir a costosos y demorados procesos jurídicos. Tocará recurrir a la responsabilidad final del Estado como último recurso.
De cualquier modo, la comunidad espera los planes de mejoramiento de Comfamiliar, su reorganización administrativa, el respeto a los fueros sindicales y que haya transparencia y democracia en la elección de sus dignatarios. Y que al menos haya una acción de solidaridad en las gestiones de recuperación de su gigantesca deuda con los prestadores de salud del Huila y Boyacá.
