Diario del Huila, Especial
Por: Juan Manuel Macías Medina
De visita a la casa de María Rojas, llegó Laura Rojas, su hermana, una mujer que reside en Europa y que sin saber, llegó al departamento del Huila con Covid – 19 hace exactamente un año. El virus fue lo de menos, pues aunque la letalidad del virus cada vez era mayor, la persecución de la gente en redes sociales a la familia Rojas, la opacó.
Dentro de los planes de María no estaba dar declaraciones acerca de la difícil situación que tuvo que pasar junto a sus familiares, sin embargo, decidió hacerlo, al parecer, como un llamado a la empatía, valor que, según ella, tanta falta hace en tierras opitas.
“Yo estaba en mi casa y una hermana se contagió, posiblemente, en el aeropuerto El Dorado cuando llegó de Europa, ella venía de visita y nos contagiamos varios familiares, en total fueron seis personas y tres amigos, gracias a Dios no hubo nada que lamentar”, inició contando la mujer de 70 años, como queriendo dejar claro que en el contagio, nadie tuvo la culpa.
Seis familiares y tres amigas dieron positivo luego de la llegada de Laura de Europa a Neiva.
La adulta mayor, dio detalles sobre la persecución de la que fueron víctimas a través de redes sociales.
“Nosotros fuimos de los primeros grupos que se contagiaron en el Huila, había miedo porque hubo mucha persecución, no hubo nada de solidaridad. Las personas hacían comentarios en redes sociales en contra de nosotros, además, subieron fotos de algunas personas, quisimos demandar, pero al final decidimos que no valía la pena, eran personas ignorantes”, indicó.
Aunque imposible de creer, la familia tuvo que tener acompañamiento de la Policía Nacional, si, como si contagiarse hiciera parte de los delitos más graves que se puedan cometer.
“En mi casa, gracias a Dios, no hubo ninguna agresión, sin embargo, la Policía estuvo acompañándonos y muy atenta a que no fuera a pasar nada, ni en mi casa, ni en ninguna vivienda de las personas que se contagiaron”, aseguró la mujer.
El contagio de los Rojas
Sin protocolos de bioseguridad, así funcionaba el aeropuerto internacional El Dorado hace aproximadamente un año, aun sabiendo la difícil situación que se estaba presentando en distintas partes del mundo, y fue precisamente eso, a lo que la familia atribuye el inesperado contagio o el más grave de los delitos, como algunos huilenses que lanzaron críticas en redes sociales creerían.
“Decimos que se contagió en el aeropuerto El Dorado, porque ninguno de los familiares con los que ella reside en Europa, resultaron contagiados. El problema fue que en el aeropuerto El Dorado no había ningún protocolo, conociendo que en Europa ya estaba el virus, ella tuvo que haberse contagiado en El Dorado. El virus de todas maneras hubiera llegado al Huila, pero si hubiera habido más control en el aeropuerto de Bogotá, no hubiera llegado tan temprano”, destacó María.
Algunos huilenses lanzaron críticas en redes sociales en contra de la familia Rojas.
Hospitalización
La mujer que hizo parte del primer grupo de contagiados en el departamento del Huila, recordó los difíciles momentos que tuvo que pasar su familia luego de resultar positiva en las pruebas de Covid – 19.
“Dos de las seis personas que nos contagiamos fueron asintomáticas, los otros cuatro si tuvimos síntomas pero no fueron graves, que comprometieran la respiración o algo así, tuvimos dolor de cabeza, fiebre, diarrea, vómito y dolores musculares. Yo creo que fue una cepa benévola con nosotros”, dijo la mujer entre risas, mientras recordaba lo que, quizá, fue uno de los momentos más angustiosos durante sus 70 años de existencia.
Tres meses duró la familia sin salir de su casa, en ese tiempo, aseguró la mujer, los vecinos no se asomaban ni a la ventana, y es que claro, estaban en asombro por semejante delito que la familia Rojas había cometido.
“Dos personas de la familia estuvimos hospitalizadas durante una semana, cuando salimos, venían de Salud Pública a hacernos seguimiento. Todos los vecinos estaban escondidos, yo no volví a ver a nadie como en tres meses. La gente se comenzó a dar cuenta que hay cepas que son muy letales pero que hay otras que no lo son, entonces con el pasar del tiempo lo que las personas entendieron que lo que había que hacer, era cuidarse”, manifestó.
Amor, reflexión, empatía y perdón, fue el mensaje que inyectó el voraz virus en María.
Aunque en ese tiempo las personas eran reacias a acudir a algún centro hospitalario, la mujer indicó que no tuvo ningún miedo de ser intervenida por los galenos, pues al final, lo que le quitaba la tranquilidad, era que algún miembro de su familia no le ganara la batalla al Coronavirus.
“A nosotros nos atendieron muy bien en la hospitalización, decidimos ir al hospital porque los síntomas se comenzaron a volver más fuertes y no íbamos a esperar a que de pronto nos agraváramos. A mí no me daba miedo ni que me entubaran ni que me fuera a morir, el temor mío era que alguien de nuestros familiares que se habían contagiado se agravara y de pronto muriera, me sentía mal por eso”, aseguró María, como queriendo dar a entender que si algo de esto ocurría, la responsabilidad, en gran parte, era suya.
Un mensaje a la ignorancia
Un mensaje de solidaridad envió María Rojas, a las personas que se atrevieron a criticar su contagio, como si en sus manos hubiera estado la decisión de cometer tan grave delito.
“Le quiero decir a las personas que en algún momento nos criticaron por habernos contagiado, que a todos nos puede suceder una situación de éstas, no solo con el virus, sino con cualquier percance que se presente, por eso el llamado es a que seamos solidarios con los demás”, enfatizó,
Al mismo tiempo, Rojas señaló las cosas buenas que dejó el Covid – 19 en su persona. Amor, reflexión, empatía y perdón, fue el mensaje que inyectó el voraz virus en María, una mujer que, a pesar de cargar con la cruz de ser de las primeras personas contagiadas del departamento, siempre vio lo bueno que la pandemia le dejó.
La familia hizo parte del primer grupo de contagiados del departamento.
“El coronavirus dejó muchas enseñanzas en mí y en mi familia, yo creo que lo más fuerte fue aprender a tener más amor por las personas, ese sufrimiento nos enseñó a ser solidarios y a no criticar a nadie por alguna situación que suceda, sino a reflexionar y entender por qué suceden las cosas. El virus sobre todo, me enseñó a perdonar, uno se siente ofendido en un principio con las personas que hablan sin saber, pero después cuando uno reflexiona aprende a perdonar”, sostuvo.
Aunque el virus dejó secuelas físicas en María, como el debilitamiento de su cuerpo, fue la inentendible reacción de los huilenses, la que más la marcó. “El virus fue duro, pero lo más duro fue la reacción de la gente, nos dimos cuenta que no estamos preparados para ninguna catástrofe, ni nada”, resaltó.
Hubo quienes se atrevieron a decir que la familia Rojas fue la culpable de la llegada del Covid – 19, al departamento, y a éstas, María también envió un mensaje, aunque esta vez no tanto de perdón, sino de gallardía.
“A las personas que dicen que por culpa de nosotros iniciaron los contagios en el Huila, hay que decirles que afortunadamente el virus que llegó a mi familia, solo se quedó en mi familia, ahí se cortó el contagio gracias a la responsabilidad de mi hermana y mía. No nos dio miedo poner la cara y dar a conocer lo que estaba pasando así se nos viniera el mundo encima”, finalizó la mujer que no salió de su casa por tres meses, como si haberse contagiado hubiera sido el peor de los delitos.
