Parapeto
El Sr. Mauricio Gómez, periodista, hijo del inmolado dirigente Álvaro Gómez Hurtado rebatió en un extenso y valeroso mensaje que le envío a la JEP la autoincriminación que se hicieron las Farc como autoras y determinadoras del alevoso crimen de su padre. Recordemos que el día 2 de noviembre de 1.995, sicarios al servicio del crimen organizado atentaron, a la salida de la Universidad Sergio Arboleda, contra la vida del augusto dirigente. Desde ese día esa transgresión no ha sido investigada con la diligencia requerida, por lo que la justicia, o no ha podido, o no ha querido establecer, quien o quienes, pudieron haber sido los verdaderos autores intelectuales del magnicidio. El ExFarc Julián Gallo, alias “CARLOS A. LOSADA”, citado por la JEP había afirmado que en el computador del “Mono Jojoy” se encontraría información sobre la participación del grupo sedicioso en el monstruoso asesinato. Pero la afirmación de Losada fue desmentida categóricamente por la Fiscalía que analizo en su momento el computador del criminal abatido y no encontró evidencias sobre el atentado. O sea que Losada mintió en la audiencia frente al Tribunal Especial de Paz. Con esa mentira quiso ocultar y desviar la investigación que aún no convence, y el país mantiene la duda sobre los verdaderos determinadores del asesinato del líder conservador. El Dr Mauricio Gómez ha obrado en consecuencia muy bien, defiende la memoria de su padre, y le reclama el estado y a la justicia por la negligencia evidente y las razones por las que, pasados ya 26 años de haber sido asesinado, todavía no se tenga conocimiento de la verdad, y devela, además, en su mensaje la manera en que el aparato judicial, al parecer, ha desviado las pesquisas con oscuros intereses politiqueros como si quisiera encubrir a los verdaderos autores del homicidio. En este país, infortunadamente, a través del tiempo son muchos los magnicidios que han quedado ocultos y sin castigo para los responsables determinadores, verbo y gracia, el de J.E. Gaitán hace 73 años, de G. Cano, 36, R. Lara 37, L.C. Galán 32, C. Pizarro 32, J. Antequera 32, J. Pardo Leal 34, A. Gómez Hurtado 26, Bernardo Jaramillo 25, Carlos Mauro Hoyos exprocurador 33, entre otros. Por esa misma razón, lo que nos muestra la historia, es que en nuestro país no existe justicia. Podemos preguntarnos: ¿Que será de Colombia sin justicia?, ¿un territorio apto para el pillaje, o quizás una banda de ladrones? Curiosamente se observa que todos esos asesinatos ocurrieron en la misma década, es decir, del 84 al 95, por lo que se podría pensar que los autores intelectuales posiblemente sean los mismos. El periodista denunciante abrió, con su valeroso encuentro, cara a cara, con el exconvicto representante de las farc, un nuevo capítulo que le permitirá a la justicia ahondar en la investigación y orientar sus averiguaciones hacia el Cartel de Cali, organización delictiva señalada como responsable de la financiación de la campaña electoral en el año de 1.994, y profundizar, inclusive, en lo que se hizo viral en la época, cuando se dijo que quien estuvo al frente, urdiendo el golpe de estado para tumbar a Ernesto Samper era Juan Manuel Santos a quien se le atribuyeron reuniones con el embajador de los EEUU Myles Frechette, quien se negó a participar en nombre de su gobierno y la cúpula de las Farc en procura del frustrado golpe de estado. Desde esta columna abogamos para que se conozca la verdad. Acompañamos solidariamente al Dr Mauricio Gómez y a su familia, y guardamos la esperanza de que el crimen del Dr Álvaro Gómez sea aclarado, al igual que los asesinatos de Rodrigo Lara, Don Guillermo Cano, el de Luis Carlos Galán, el de Carlos Pizarro, y demás sobresalientes compatriotas víctimas de la intolerancia política en contubernio con los carteles de la droga y de la irracional criminalidad del paramilitarismo.