Alfonso Vélez Jaramillo
Desde el accidente en el que se cayeron las losas del estadio Guillermo Plazas Alcid, hace nueve años, lo único que se ha hecho por su recuperación es limpieza y algunas adecuaciones para dejarlo medio funcional.
Ha sido tema en todos los debates electorales y, no quiero excavar por ahora, señalando a nadie ni buscando culpables. Hubo omisiones e irresponsabilidades en la etapa constructiva y la gente lo sabe muy bien.
Aquí no se robaron nada, como lo señalan sin fundamento en las calles, redes sociales y los corrillos políticos. La plata la invirtieron y esa inversión pública, a raíz del accidente, no ha cumplido con el objetivo de incrementar el bienestar de la sociedad.
Si no terminamos el estadio, además de ser catalogado como un elefante blanco, sí se produce detrimento patrimonial, porque la inversión debe cumplir un fin.
El propósito principal de recuperar el estadio justifica la legitimidad del gobierno impulsando el deporte y la recreación. Estas son actividades inseparables de la existencia del Estado, como promotor de la salud.
Es insoslayable resaltar que de manera gradual y constante se va aclarando el panorama jurídico, técnico y financiero que permitirá terminar la tribuna occidental del estadio para habilitar su funcionalidad, pese a todas las trabas que se pusieron desde el accidente.
Un fallo del tribunal contencioso administrativo del Huila permite aclarar las dudas que existían sobre su viabilidad.
Reconforta el entendimiento materializado de la gobernación del Huila y la alcaldía de Neiva que permite desenredar el componente técnico de la obra con la contratación de los estudios definitivos con la Universidad Nacional de Manizales, la que dirá que se debe hacer.
Bienvenida la voluntad expresada por el municipio, la gobernación y la Nación de aportar para la financiación de la obra porque el estadio es viable y el Huila lo necesita.
La voluntad del gobernador Rodrigo Villalba a través del Inder Huila, del alcalde de Neiva German Casagua y del gobierno nacional, en donde Villalba tocó puertas, de manera positiva, es alentadora.
No puede dejarse de mencionar la propuesta del empresario Felipe Olave, de construir un nuevo estadio con recursos privados. Según Olave él, en la prensa, no solo sería casa del Atlético Huila, multipropósito para conciertos y otros espectáculos.
Lógico que tendría el control privado de sus propietarios en todo sentido. Si no hay relación con el gobierno, lo veo muy difícil, a no ser que convengan directamente con los propietarios el Atlético Huila y se hagan alianzas con el gobierno.
Bienvenida la inversión, ojalá haya muchas propuestas, porque la inversión genera desarrollo, dinamiza la economía, promueve empleo y ayuda modernizar el urbanismo de los conglomerados humanos.
No obstante, en Colombia la Constitución Política es clara y ordena que el (…Estado fomentará las actividades deportivas e inspeccionará, vigilará y controlará las organizaciones deportivas y recreativas cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas…), es decir es una actividad pública, como la educación.
El estadio y la villa olímpica remodelada y adecuada se utiliza para múltiples actividades deportivas, además de servir de escenario para el futbol profesional, debe ser para las divisiones inferiores y del futbol aficionado, en general en sus diferentes categorías y para ello se requiere de un escenario deportivo, digno de carácter público.
Neiva debe contar con un estadio y una villa olímpica en buenas condiciones para que la gente pueda disfrutar económico, sin restricciones y esto solo se lograría si unimos voluntades.
¿Que no hay parqueadero?, es muy fácil, se hace convenio con el ejército en un lote contiguo, o se compran dos manzanas del barrio la Libertad y se construyen parqueaderos en propiedad horizontal y listo.
Apoyemos de manera positiva para que Neiva vuelva a contar con un estadio digno de su importancia en el plano deportivo nacional.
Con el tema estadio han justificado señalamientos sin fundamento, pero ante todo los errores, omisiones y las responsabilidades de los funcionarios de quienes ejerciendo el poder no hicieron nada y más bien se atravesaron para la recuperación de este escenario deportivo, el más importante del Huila y el Sur del País.