Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Aunque mis estudios superiores no corresponden a la formación en ciencias de la salud, voy a dedicar estas líneas que escribo en mi columna semanal en el primer Diario del Surcolombiano, El Diario del Huila, sobre el flagelo del cáncer que se ha constituido en una enfermedad mortal para la humanidad. Mucha tristeza me ha causado los fallecimientos de algunos compañeros de labores en la Universidades Surcolombiana y la Esap, familiares y otras amistades, por causa de esta mortal enfermedad que nos atemoriza a todos, lo cual nos obliga a tomar las recomendaciones de los médicos oncólogos y de las autoridades sanitarias, para minimizar los efectos que puedan afectar nuestra supervivencia. Todos amamos la vida. Pero existen factores endógenos y exógenos que están aumentando los riesgos de padecer de este mal, que por lo regular no tiene cura.
De acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, durante la vigencia de 2021, el tipo de cáncer que más se presentó en el país, fue el del seno, donde se diagnosticaron 15.509 mujeres (13,7%). El de la próstata, con 14.460 casos en los hombres (12,8%), del total de cánceres presentados en Colombia. El cáncer colorrectal fue uno de los más recurrentes en hombres y mujeres. Es el tercer tipo de esta enfermedad mortal que más se presentó en hombres con 14.460 casos, que corresponden al 12,8% del total. De acuerdo con estas estadísticas, las mujeres tienen son más propensas a sufrir este flagelo. Hubo 60.355 mujeres y 52.866 casos diagnosticados con cáncer.
Los médicos especialistas recomiendan practicarse exámenes periódicos con el fin de detectar tempranamente cualquier síntoma en la salud nuestra. Necesariamente hay que adoptar rutinas saludables en nuestros comportamientos. Existen personas, que son testarudo(a)s que rechazan dichas recomendaciones. Cuando esta mortal enfermedad se detecta tardíamente, lo que les espera es una tumba, producto de los paradigmas adquiridos durante su trasegar terrenal. Más de un tercio de todos los cánceres se pueden evitar, reduciendo la exposición al tabaco, la obesidad, la inactividad física, las infecciones, el alcohol, la contaminación ambiental, malos hábitos alimenticios, y entre otros, carcinógenos asociados con el trabajo y la radiación.
Igualmente, esta Agencia, nos indica que hay vacunas y exámenes que pueden servir. Por ejemplo, la vacuna contra el virus de la hepatitis B (VHB) y el del papiloma humano (VPH) contribuyen a la protección frente al cáncer de hígado y de cuello uterino, respectivamente. Además, hay exámenes que permiten un diagnóstico temprano, como la colonoscopia, el examen de pulmón, mama y el cervical. Debemos consultar periódicamente a nuestro médico de cabecera, sobre vacunación, pruebas y revisiones. Debemos cuidar con mayor atención a nuestro cuerpo. Así como estamos pendientes de llevar nuestro vehículo al taller para su revisión, nosotros también debemos acudir a los profesionales de la medicina para que nos examinen detenidamente nuestro cuerpo. La salud es el mejor activo que tenemos. De nada sirve, que las personas acumulen riquezas, si se encuentran enfermas y que, en la mayoría de las veces, son tacaños con su salud. No conozco el primer entierro, con trasteo. Usted se muere, y no nos llevamos, pero absolutamente nada. Llegamos a este mundo desnudos. Y cuando morimos, nos vamos desnudos. Es la realidad de la vida. Prevengamos el cáncer.