Por: Faiver Eduardo Hoyos
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Lo que empieza mal, casi siempre termina mal. La reciente eliminación de la Selección Colombia para clasificar a la Copa del Mundo de Qatar ha generado todo tipo de reacciones, algunas positivas y otras no tanto, lo cierto es que estamos recogiendo los frutos de nuestra pobre cosecha futbolística.
No hay mejor maestro en la vida que el tiempo y ese es el claro ejemplo de lo que está viviendo la “Tricolor” al día de hoy. Las malas decisiones en el pasado por parte de algunos dirigentes manchados por escándalos de corrupción de la Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor, han empezado a cobrar factura en lo deportivo.
Haber generado todo para que se diera el fin de la era José Néstor Pekerman al frente del timón de la Selección Colombia el 4 de septiembre del 2018, es el punto de partida para entender la debacle actual de la selección. Al hombre que después de 16 años sin clasificar a una Copa del Mundo nos volvió a llevar a dos mundiales, lo sacaron por la puerta de atrás y todo por no ser permisivo con las directivas.
Es lamentable el nivel de degradación al que hemos llegado como sociedad. El virus de la corrupción ha permeado tanto en cada institución del país, que ni siquiera el deporte se salva de esa pandemia, la más letal en Colombia incluso por encima del Covid. No olvidemos como los mismos protagonistas de la salida de Pekerman, estarían involucrados en uno de los mayores escándalos de corrupción en el deporte colombiano: la reventa de boletería a precios exorbitantes por parte de los “Zares” del fútbol.
Pero la responsabilidad de la eliminación no recae solamente en los directivos. El cajón que le hicieron algunos jugadores pasados de estrellas al Técnico Carlos Queiroz en los partidos contra Uruguay y Ecuador también fueron vitales para la eliminación de Colombia a la próxima Copa del Mundo. La mala relación que se vivía en los camerinos entre jugadores y cuerpo técnico había permeado al terreno de juego de la peor manera. Algunos jugadores prefirieron jugar a perder 6 puntos y poner nuevo técnico, pero a que costo…
Frente a esta crisis y buscando nuevo reemplazo en el cuerpo técnico, se la jugaron por Reinaldo Rueda en la Selección. Si, salimos de un técnico [Queiroz] por malos resultados para contratar a otro técnico [Rueda] que acababa de finalizar contrato con otra selección [Chile] por malos resultados. Dicho de otra manera, garantizamos tarde o temprano malos resultados para nuestra selección.
Es importante que la Selección Colombia y sus directivos, se replanteen muchas cosas de cara al futuro pensando en cosechar éxitos. La formación de los diferentes clubes colombianos a sus jugadores es vital para el desarrollo tanto deportivo como personal. No es un secreto que la mayoría de los jugadores que triunfan en nuestro país han salido de la pobreza, con poca educación, por eso es importante que tanto empresarios como directivos se enfoquen no solamente en el jugador, sino también en la persona. Finalmente, no es ético, ni moralmente bien visto que directivos que hoy siguen involucrados en hechos de corrupción sigan en sus cargos. Ellos, junto a Reinaldo Rueda y varios jugadores que lideraron el cajón para jugar a perder, deben dar un paso al costado por el bien del equipo. Deben llegar nuevos directivos que busquen fortalecer las diferentes divisiones inferiores y lo más importante, que logren sacar el letal virus de la corrupción del fútbol en Colombia.
