Deshojando margaritas
Por Margarita Suárez Trujillo
En el libro que estoy escribiendo sobre mis 50 años de periodismo entrevistando grandes personajes, rememoro un encuentro en Bogotá con Orlando Ayala Lozano, un genio colombiano que conocí en el año 2005. Como lo dije en el artículo publicado en ese entontes en la revista Colombia Ganadera, Orlando es la personificación del sueño americano hecho realidad. Durante dos décadas fue vicepresidente mundial de Ventas, Mercadeo y Soporte del gigante tecnológico Microsoft, posteriormente presidente mundial para Mercados Emergentes de la misma empresa. Al retirarse de la multinacional informática, se desempeña como conferencista y consultor. Administrador de Sistemas de Información de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, es ejemplo de superación, su historia deben conocerla todos, en especial los jóvenes que están construyendo futuro. En el libro del periodista Julio César Guzmán, “Orlando Ayala, el colombiano que le hablaba al oído a Bill Gates”, el autor lo describe cómo un trabajador incansable que de niño vivió en el humilde barrio Santafé, en Bogotá, aprendió inglés sólo y estudió en la universidad en jornada nocturna para poder trabajar de día. A partir del esfuerzo y la sed de conocimiento superó sus propias condiciones sociales, logrando convertirse en el ejecutivo más importante en la historia informática de Colombia. Tuvo a su cargo 40 mil personas de un centenar de países y manejaba un presupuesto equivalente a la mitad del que controla nuestro gobierno. En su conferencia maravilló a los presentes. Soltaba frases impactantes sobre el futuro próximo de la tecnología y sobre su relación con Bill Gates. En la breve entrevista que logré en medio de un tumulto de gente, me dijo: “Yo no respeto la plata de Bill, mi respeto hacia él es por su capacidad, su inteligencia, su visión multiplicadora”. ¿Y qué es la inteligencia para Orlando Ayala? le pregunté. “Es la capacidad de ver algo que los demás no ven, algo que no es obvio. Pensar en lo que los demás no piensan”. Aconseja tener actitud positiva en todo lo que se hable o haga. “El mundo está enfermo porque le falta actitud. Hay que pensar positivamente porque aún en el contexto más difícil hay un ángulo positivo”. Cien por ciento de acuerdo.
