Me había propuesto no intervenir para nada, ni escribir, sobre la elección de German Alberto Bahamon Jaramillo como Gerente General de la Federación de Cafeteros, por razones obvias del parentesco que me une a él, por ser el primogénito de mi hermano German y su esposa Claudia Jaramillo, mi cuñada. Me había aguantado las ganas de hacerlo, hasta ahora por respeto a su autoridad y a su autonomía como líder del sector.
Comienzo por decir que German Alberto se ha constituido como un símbolo nacional para las más de 550.000 familias cultivadoras de café en Colombia y como referente gremial por su reciedumbre (virtud que lleva a abrirse paso hacia el bien, luchando enérgicamente por superar las dificultades por las que atraviesan), prudencia (la virtud de evitar riesgos y administrar los intereses de sus agremiados de manera conservadora para no equivocarse) y resiliencia ( por ser capaz de afrontar eventos difíciles para resistir dificultades) frente a todas las injustas arremetidas que, contra la institución de los caficultores, ha emprendido el gobierno de Gustavo Petro.
Si un pequeño caficultor se entera de lo que dijo el presidente de la republica contra el gremio, queda sorprendido por la vileza con la que ha querido enlodar la labor y el servicio que, por más de 80 años le ha venido prestando a los pequeños y medianos agricultores del grano.
German Alberto fue elegido por unanimidad de los votos de los 25 comités departamentales de cafeteros, que representan a 550.000 familias de pequeños y medianos productores del grano que agrupan a cerca de 4.000.000 de compatriotas.
El Huila representa a la región de Colombia más productora de café pergamino, de inmejorable calidad. Contribuimos con el 19,5% de la producción nacional. Es la primera vez en su historia, que los caficultores de mi departamento lograron, de la mano de sus campesinos, esa dignidad, en cabeza de uno de los suyos, y esa victoria no estamos dispuestos a entregarla por ningún motivo, y menos por mezquinos intereses de algunos pocos envidiosos de la zona.
Históricamente el pais esta en deuda con la Federación Nacional de Cafeteros por la atención y las millonarias inversiones que ha a través de sus comités departamentales, en 80 años de existencia, ejecuto y viene ejecutando en los 22 departamentos productores del pais, en caminos vecinales, acueductos rurales, agua potable, escuelas y colegios de bachillerato, becas para los hijos de sus afiliados, extensión agrícola, subsidios para los precios del café en el mercado interno, y últimamente, por acción del exsenador Ernesto Macias Tovar con la aprobación de la ley que creo el Fondo de Estabilización del precio del café, todo eso constituye un patrimonio inestimable de propiedad de los caficultores quienes, en promedio sobre las 974.000 hectáreas sembradas, sus fincas no superan las 6,4 hectáreas. Un ejemplo de unidad que nos congrega a los huilenses alrededor de un gran líder como German Alberto Bahamon Jaramillo. Felicitaciones, cafeteros de Colombia. Julio Bahamon