Carlos Yepes A.
The Economist, prestigiosa revista internacional ha dedicado recientemente su portada a la “inminente catástrofe alimentaria”. Estiman que la escasez – base teórica de la ciencia económica – ha empezado a llegar a niveles relevantes en la comida a tal punto que hoy el mundo registra 250 millones de personas que padecen física hambre y 440 millones están expuestos a la inseguridad alimentaria. La ONU prevé que estas cifras pueden multiplicarse, lo cual sería catastrófico para el planeta en términos de políticas económicas y sociales.
Pareciera que tanto desarrollo tecnológico no ha podido ponerse al servicio de la gran demanda de alimentos en el mundo. El cambio climático está haciendo su parte, genera condiciones cada día más adversas para la producción de alimentos y como siempre los más afectados vienen siendo los países más pobres, sus niveles de hambre y de pronto desespero pueden afectar los procesos políticos, poniendo en riesgo la estabilidad democrática de gran parte del planeta.
El desarrollo tecnológico; la ciencia y la tecnología con todo y sus avances; el fenómeno impulsado por casi todo el mundo como lo es la globalización que trae consigo el libre mercado y la facilidad de desplazamiento; los emporios económicos alrededor de la producción de alimentos frescos y procesados hacen parte de todo un encadenamiento productivo que hoy está en una enorme encrucijada. Vistos en conjunto hace difícil creer que una de las crisis urgentes por resolver sea la de la creciente escasez de alimentos, incluso llegando a límites nunca vistos en los países más ricos.
Por su parte el cambio climático sigue causando enormes deterioros de las fronteras agrícolas en el mundo entero, inundaciones y sequías afectan millones de hectáreas y cultivos a lo largo y ancho del planeta. La ONU calcula que cerca del 20% de la producción mundial de alimentos se ve amenazada hoy por diversos efectos ambientales y si a este panorama le sumamos la actual coyuntura derivada por el COVID que terminó afectando, sin dar tiempos de respuesta, a las cadenas de suministro con temas como el de contenedores por ejemplo, con la consecuente afectación sobre la distribución mundial de alimentos básicos como el trigo y los aceites vegetales con destino a los países más pobres, hace que el panorama resulte mucho más preocupante.
En consecuencia la actual coyuntura mundial al respecto no es muy alentadora. La afectación a los países más pobres es preocupante muy a pesar de enormes esfuerzos encabezados por el World Food Program y otras agencias que no han podido contener la ola de hambre que cada día crece ante problemas que surgen en distintas coordenadas del planeta como las inundaciones en China, la gran demanda interna de India que absorbe toda su producción, la invasión a Ucrania que frenó la producción de granos y de agroquímicos, los precios del combustible vienen creciendo, la afectación a mujeres y niños en Camerún, Kenia y Nigeria que ya se considera crisis, en Siria y Yemen en el Medio Oriente, no tienen como pagar su comida y en el Líbano los precios de los alimentos han subido en un mil por ciento, en Egipto y Turquía que dependen casi que totalmente de Ucrania para su abastecimiento, la situación es aún más difícil.
Esta crisis alimentaria se convierte de manera preocupante para la geopolítica en el insumo que faltaba para un nuevo estallido social que puede poner en riesgo la democracia que tanto han querido atacar dándole cabida a un nuevo modelo populista que seguramente tampoco resolverá el problema alimentario. La ciencia debe despojarse de colores políticos y acentuar las campañas para reducir las emisiones, las grandes corporaciones y los consumidores deben tener más conciencia ambiental, las fundaciones podrían liderar cadenas de suministros, en fin debemos incluso la ONU, hablar menos y hacer más por que la solución se puede dar en el largo plazo para evitar que el planeta muera por la desidia y la irresponsabilidad ambiental de nuestra generación.
P.D. ¿Cuándo tendrá nuevamente el Huila la posibilidad de tener un vicepresidente? Esta pregunta nos debe invitar a la reflexión en el momento de tomar una decisión el próximo domingo.
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