La caficultura en el Huila viene presentando una serie de cambios dentro de los que se encuentran el impacto económico del sector asociados a los niveles de producción, que ha variado por factores como las lluvias y el alto costo en los insumos. Pese a lo anterior el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro Polanía ha manifestado que hasta el momento en el departamento la producción ha subido en un 16% teniendo como referencia el año inmediatamente anterior en el mismo margen de tiempo.
DIARIO DEL HUILA, REGIONAL
Por: Daniela Gutiérrez
Las circunstancias de inventario de café a nivel mundial han hecho que el gramo se mantenga actualmente en buenos precios y en ese orden de ideas, el departamento del Huila se ha visto beneficiado entendiendo que basa su economía agrícola en la caficultura. Este contexto ha permitido la rentabilidad y el sostenimiento del sector frente a los exorbitantes precios de los insumos que aún están “por las nubes”.
Ahora bien, el Huila viene atravesando por una temporada de intensas lluvias que ha hecho que la dinámica de producción varíe con respecto a otros tiempos en donde se presentaba “cosechas” en dos grandes temporadas del año, hoy por hoy lo que se evidencia es que hay una floración de manera sostenida y en varias épocas del año.
“Los reportes que da la Federación Nacional de Cafeteros frente a las condiciones climáticas es que mientras en otros lugares ha bajado un poco la producción de café, el Huila no lo ha hecho”, expresó el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro Polanía.
Así las cosas, lo que se espera es que el Huila cierre el año con la misma cantidad de producción de sacos que en el 2021 que alcanzaron los 2.500.000 sacos ya que, “se ha aumentado la productividad y en el ejercicio de hacer la renovación y reconversión están entrando casi 35 mil hectáreas que no son nuevas sino de renovación por soca o por siembra, lo que ha permitido el aumentar la densidad de árboles la producción se aumente en el departamento”, explicó el Director.
Según Montealegre, el Huila es el único departamento que no ha bajado su producción teniendo en cuenta los datos de Alma Café y que a corte del 31 de julio reporta que para el año inmediatamente anterior, la producción en el departamento para este mismo periodo de tiempo era de más de 1.000.000 de sacos y terminando el semestre para el 2022 fue de 1.200.000 sacos; se aumentó en cerca de un 16%.
“Aunque estamos haciendo la tarea no quiere decir que, en algunas fincas de manera puntual y focal, haya disminuido la producción, pero la suplen otras hectáreas que han sido renovadas por soca”, advirtió el ejecutivo.
Percepción del caficultor
Aunque lo que se ha dicho por parte de los caficultores es que la producción del café ha bajado debido a la ola invernal tan fuerte por la que atraviesa el departamento y el alto costo de los insumos; lo que hace que se utilicen menos y por ende baje la cantidad de producido, el Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros tiene otra hipótesis.
“Lo que está pasando es que anteriormente había picos de cosecha, se cogía café en abril, mayo, y un poco en junio. Ahora, de acuerdo con las condiciones climáticas se está cogiendo café todo el año, la cosecha no viene concentrada sino dispersa”, referenció.
En ese sentido, lo que viene presentándose son “pequeñas cosechas” pues en las fincas se viene evidenciando floraciones con frutos verdes, pintones y maduros; es decir que el caficultor está cogiendo café durante una mayor parte de tiempo y esto lo que hace es suplir los picos de las cosechas que se daban anteriormente.
Precio y comercialización
Aunque actualmente la carga de café en Neiva permanece en $2,271,750 pesos; perdiendo un poco de pesos frente a otras ciudades como Armenia donde alcanza los $2,273,500 pesos o Buga que está en $2,274,250 pesos, se ha mantenido rentable para el caficultor.
Lo que manifiestan algunos caficultores frente al precio del café actualmente es que, teniendo la experiencia de los picos que ha experimentado el producto en tiempos anteriores donde no se generaban los costos de producción, pueda darse una base en el precio que al menos logre subsanar la inversión.
“Se ha tratado de hacer un “gana gana” de todos los eslabones que tiene la industria; el productor, el comercializador y el consumidor. Crear entonces un precio de sustentación no sería viable ni bueno porque no permitiría que cuando se dan estos precios hacia arriba, el caficultor pueda ganar. Lo que creemos es que debe haber unos precios de estabilización que estén acorde a la producción y a los gastos en los que incurre el caficultor en una actividad que puede ser sostenible y rentable”, mencionó Montealegre.