Por: Ariel Peña
Desde hace décadas gobiernos populistas y marxista en Latinoamérica tienen como pretexto para ocultar sus desatinos, culpar al ¨imperio¨ y de esa manera embaucar a la población, ello sucedió con Fidel Castro, Salvador Allende y Hugo Chávez a los que se suman Evo Morales, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Andrés Manuel López Obrador, entre otros; sin embargo la cereza del pastel la tenemos en Colombia últimamente con el presidente Gustavo Petro, quien culpó a los EE.UU por la subida desaforada en el precio del dólar y por la situación económica apremiante que vive el país en los actuales momentos, lo que demuestra que el presidente no ha superado el discurso miserabilista, fatalista y de resentimiento que aprendió desde muy joven en el M-19.
Al parecer Petro quedó anclado en ¨Las venas abiertas de América Latina¨ del escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien renegó de ese ensayo en la Bienal de Brasilia en 2014, al reconocer que no sabía nada de economía política, pero el libro sigue siendo la cartilla de toda la fauna marxista en la región, usando de excusa al ¨imperio¨, sin reconocer el fracaso del socialismo marxista en Cuba, Nicaragua y Venezuela, desconociendo que USA tiene intereses más importantes en otras partes del planeta.
Y la preocupación de EE.UU sobre Latinoamérica se concentra principalmente en el narcotráfico y en su seguridad nacional, considerando algunos países como un peligro por sus cercanías con Rusia y China, a lo que se agrega la presencia de grupos terroristas como el Hezbolá y la teocracia de Irán en Venezuela, además del gigantesco flujo migratorio que sale de nuestras naciones hacia Norteamérica; de resto las preocupaciones de Washington por sus vecinos no es importante, así algunos izquierdistas digan lo contrario.
El resentimiento que explota la secta comunista en los países de Latinoamérica, le ha servido para que por la vía electoral alcancen el gobierno en casos como el ocurrido en Colombia recientemente, por ejemplo, hablando de 500 años de resistencia de las comunidades indígenas, pero, resistencia a quién, si los derechos de los indígenas son respetados por la sociedad y el Estado colombiano de manera íntegra; olvidando que muchos pueblos en el mundo han sufrido penalidades por siglos y en la actualidad no viven del resentimiento, es el caso de España que tuvo que sufrir durante 7 siglos la dominación musulmana y de la misma forma ocurrió con otras naciones europeas, o sea que el odio histórico ha sido una práctica especialmente del marxismo para exaltar la violencia y la lucha de clases.
Cuando los comunistas utilizan el resentimiento histórico en contra de EE. UU y España, ensalzando la dignidad y la resistencia, deberían de ser coherentes con lo que predican y
exigirle al gobierno de Gustavo Petro, impedir la entrada de remesas que le llegan a millones colombianos desde esos dos países y que alcanzan más de 6 mil millones de dólares anuales, representando alrededor del 2.5% del PIB; también es el caso de los países gobernados por regímenes del socialismo XXI, que se la pasan vociferando en contra del ‘Imperio’ y del pasado colonial español, pero que reciben dichosos lo que mandan de esas dos naciones.
Apologistas marxistas leninistas, insisten acerca de que USA se quiere quedar con los recursos naturales, especialmente los energéticos de nuestros países, como el petróleo, el carbón y el gas; olvidando que EE.UU es el principal productor mundial de petróleo y gas, además de ser el segundo en Carbón, por lo que el discurso de Petro sobre la guerra en Ucrania por el gas y la energía queda descontextualizados, dejándose llevar por una monserga ideológicamente trasnochada, puesto que la invasión de Rusia a Ucrania obedece a los intereses hegemónicos del Kremlin que pretende reverdecer al Imperio soviético
A pesar de los hechos fácticos actuales, los seguidores de la doctrina abyecta marxista, siguen siendo prisioneros del pasado, en donde el resentimiento es su principal arma para culpar a otros de las aflicciones que viven nuestros pueblos, ignorando que mentes luciferinas al amparo de la Guerra Fría hace 6 décadas llevaron a varias naciones de la región a la violencia guerrillera para la toma del poder, como ha sido el caso colombiano, en donde de ninguna manera se puede exculpar al comunismo de ser el responsable primigenio de semejante catástrofe económica, social, cultural y política.