La sociedad colombiana se está acostumbrando a la permanente oleada invernal que la está azotando desde el año anterior, cuyas implicaciones al bienestar social y a la dinámica productiva en algunas regiones del país, han generado destrucción y muerte por el grave impacto que ha presentado. Estamos asistiendo a las diferentes transformaciones que está presentando el clima, que están alterando las temperaturas que junto con los altos temporales lluviosos están preocupando seriamente la calidad de vida de las familias colombianas.
El año anterior, la ONU presentó un informe sobre el cambio climática, dejando un panorama nada alentador. De acuerdo con la entidad, las consecuencias del calentamiento global provocado por las actividades humanas no se limitan al futuro. Sequías, inundaciones, canículas, incendios, inseguridad alimentaria, escasez de agua, enfermedades, subida de las aguas, son algunas de las consecuencias que se verán en un futuro si el mundo no se decide de forma rápido a reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero; se deberá hacer frente a un diluvio de impactos inevitables y a veces irreversibles en las próximas décadas.
Los anteriores, son entre otros, algunos correctivos preventivos que debemos emprender para disminuir el riesgo de afectación al bienestar de las familias. Los desastres naturales y las tragedias que suceden en nuestro territorio. tienen una triste elocuencia. Mientras la humanidad se desgasta en debates, a menudo manipulados y estancados, las imágenes que son difundidas por los medios de comunicación sobre las tragedias invernales que están sucediendo diariamente en nuestro territorio colombiano, especialmente en el Huila, reflejan el alto impacto que estamos padeciendo por el cambio climático que se está presentando en el mundo.
Igualmente, las torrenciales lluvias tienen en alerta al departamento. El Ideam ha expresado que éstas permanecerán en el Huila y la región Andina, para lo cual, la Oficina de Gestión del Riesgo han recomendado a las familias huilenses adoptar las medidas preventivas ante posibles emergencias. Durante el pasado fin de semana, nueve municipios reportaron afectaciones por el invierno. La temporada de lluvias de este año han estado marcadas por fuertes precipitaciones, deslizamientos y bloqueos en las vías del país. El fenómeno de La Niña terminó oficialmente en la primera semana de marzo y las precipitaciones de este último mes responden a la primera temporada de lluvias de 2023.
Lo que sí se han llevado son los reflectores mundiales. Cientos de municipios de Colombia con deslizamientos por culpa de las lluvias que no dan tregua, de personas sufriendo porque lo perdieron todo debido a las inundaciones aquí y allá, de políticos viendo impotentes la magnitud de un reto para el que no estamos preparados, son un contraste contundente. Estamos en emergencia climática. No estamos, ni cerca de estar listos para evitar sus peores consecuencias.
