Carlos Yepes A.
En Neiva, una problemática cultural está tomando fuerza y requiere de la atención y acción de todos los ciudadanos: el irrespeto a los parqueaderos azules en los centros comerciales y supermercados. Estos espacios están designados para personas con discapacidades, quienes necesitan de esta prioridad para facilitar su movilidad y acceso a los establecimientos. Sin embargo, cada vez es más común encontrar estos parqueaderos ocupados por vehículos de personas que no tienen ninguna discapacidad, lo que genera una serie de dificultades y situaciones incómodas.
Es frecuente llegar a cualquier centro comercial o supermercado en Neiva y encontrar los parqueaderos azules ocupados por automóviles sin la debida autorización para usarlos. Los conductores, sin consideración alguna, estacionan sus vehículos en estos espacios exclusivos, ignorando la señalización y la normativa vigente. Esta conducta refleja una falta de respeto, de cultura ciudadana y de consideración hacia quienes realmente necesitan estos parqueaderos.
El abuso de los parqueaderos azules no solo es una infracción de tránsito, sino que tiene un impacto directo en la vida de las personas con discapacidades. Estas personas, al no encontrar un espacio adecuado donde estacionar, deben enfrentar mayores dificultades para acceder a los establecimientos. Esta situación afecta su autonomía y su dignidad, incrementando las barreras que ya enfrentan en su día a día.
Lo más preocupante es la actitud de los infractores cuando se les reclama por su comportamiento. En muchos casos, la respuesta es grosera y llena de improperios, demostrando una falta de cultura y de respeto hacia los demás ciudadanos. Este tipo de reacciones no solo evidencian una carencia de valores cívicos, sino que también perpetúan una cultura de irrespeto y desconsideración en nuestra ciudad.
Es imperativo que los neivanos tomemos conciencia de la importancia de respetar los parqueaderos azules. No se trata solo de cumplir con una norma de tránsito, sino de mostrar respeto, consideración y solidaridad con quienes más lo necesitan. Desde esta columna hacemos un llamado a la ciudadanía para que reflexionemos sobre nuestras acciones y sus consecuencias. El respeto por los demás es fundamental para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Para contribuir a resolver esta problemática, es necesario que las autoridades locales refuercen las campañas de educación ciudadana, enfocadas en sensibilizar a la población sobre la importancia de los parqueaderos azules. Además, es crucial que se apliquen sanciones efectivas a quienes incumplen esta normativa, para disuadir a los infractores y proteger los derechos de las personas con discapacidades.
El respeto a los parqueaderos azules es una cuestión de civismo y de humanidad. En Neiva, debemos trabajar juntos para cambiar esta actitud y crear una cultura de respeto y consideración hacia todos los ciudadanos. Solo así podremos garantizar una ciudad inclusiva y accesible para todos, donde la empatía y el respeto sean valores fundamentales en nuestra convivencia diaria. Por eso insistimos nuevamente en la necesidad de construir “un acuerdo para vivir mejor”
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