Escuche esta frase la semana pasada mientras oía el capítulo “Colombia: las búsquedas de la paz” del podcast de Diana Uribe, donde hacía referencia que si fuéramos el país que narran los noticieros seriamos inviables.
esta frase me hizo reaccionar y escribir esta columna como un grito en medio de la penumbra de las “fake noticias”, la manipulación de los medios de comunicación y el interés por mantener la desinformación.
Lamentablemente Colombia tiene uno de los índices más bajos de lectura a nivel mundial, lo cual es un caldo de cultivo óptimo para que la información sea solo la que se escucha y se ve en RCN, Caracol, Semana, Cambio y muchos otros medios.
Colombia no es el país de los noticieros, es la suma de más de 45 millones de habitantes, la gran mayoría luchando por construir país desde su profesión y su terruño, campesinos, obreros, empleados, profesionales ,militares, reincorporados y población en general que con proyectos de agricultura, inversión, investigación, ciencia, tecnología transformación social y filantropismo, han mantenido a flote un país. Si buscamos a fondo encontraremos muchas noticias alentadoras acerca de fundaciones que cambian la vida de habitantes de calle, de personas desamparadas, proyectos de reincorporados que han dejado sus armas por el turismo ambiental por empresas de diseño y cervecerías, jóvenes de lugares apartados que diseñan tecnología para su comunidad, médicos realizando su actividad en medio de la selva y con hospitales móviles dentro de barcos que atraviesan los ríos del pacífico o desplazándose en aviones como la patrulla aérea.
Noticias que no interesan ser transmitidas porque lo que vende es el morbo de la violencia, la desinformación y el escándalo mediático, solo algunos medios mantienen una pequeña sección para hablar de las cosas buenas que suceden aquí.
Mi invitación es a no “tragar entero” la información y ser replicadores de lo bueno que cada día pasa en Colombia; no somos un país inviable, somos una nación con un gran recurso humano para seguir creciendo.