Por: Carlos Tobar
La semana pasada el Dane entregó los datos del Producto Interno Bruto – PIB del primer trimestre del año 2024. Los resultados son verdaderamente preocupantes. El crecimiento fue de 0.7 puntos porcentuales, una variación muy pequeña frente a las necesidades de los colombianos.
Llama la atención que los sectores que crecieron e impidieron que el resultado fuera en términos negativos, son secundarios: administración pública y defensa, planes de seguridad social de afiliación obligatoria, educación, actividades de atención de la salud humana y servicios sociales que crecieron 5.3%.
De los sectores importantes también crecieron Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, a más que suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado. Así como actividades artísticas, de entretenimiento y recreación.
Lo grave es que sectores estratégicos como industrias manufactureras, construcción, comercio al por mayor y al por menor, actividades financieras y de seguros, explotación de minas y canteras, información y comunicaciones decrecieron, algunas completando cuatro trimestres cayendo.
Pero, tal vez una información que se conoció de manera simultánea, y que genera gran incertidumbre, es la caída de los recaudos del gobierno que en el primer trimestre superó los 6 billones de pesos, a la par que los fondos del gobierno en las cuentas del Banco de la República son de 3 billones de pesos, cuando hace un año alcanzaba los 34 billones.
Es evidente la iliquidez del gobierno. No hay recursos para funcionar e invertir, no obstante que la capacidad de ejecución del presupuesto es supremamente baja, con un promedio del 30%, con casos extremos como el del ministerio de la Igualdad que ejecuta solo el 1%.
El bajo recaudo de la Dian frente a lo presupuestado, hacen patente por lo menos dos hechos graves, por un lado, que el presupuesto aprobado por el congreso para el año 2024 fue inflado con el objeto de aumentar el gasto y, que el faltante de caja van a cubrirlo con deuda pública (las emisiones de títulos de deuda, TES, han venido creciendo de manera extraordinaria en el último año).
El crecimiento del endeudamiento público es una sobrecarga para el presupuesto que en el año 2025 va a tener un porcentaje significativamente mayor que el de este año que, ya alcanzó una cifra récord.
Es tal el faltante de recursos que las políticas de subsidios generalizados que ha estado usando el gobierno ante cualquier problema social que aparece a diario, parecen haber llegado al límite. Tanto que el gobierno empieza a contener promesas similares en agudos casos como el de La Mojana.
La secuela más preocupante de esta situación es la baja generalizada del consumo y la tendencia creciente del desempleo.
Neiva, 20 de mayo de 2024
