El costo de las materias primas podría tener un impacto en un posible aumento en el precio del pan de 500 pesos en el año 2024.
Diario del Huila, Panorama
La incertidumbre se cierne sobre el querido pan de 500 pesos en Colombia, un alimento básico que ha sido parte integral de la vida de la mayoría de los hogares colombianos. Se esperaba que, para el segundo semestre de este año, este producto emblemático pudiera enfrentar la posibilidad de desaparecer. Las preocupantes declaraciones provienen de Diego Fernando Rodríguez, presidente de Asopan Neiva, quien, a pesar de la incertidumbre, mantiene la esperanza de que esta situación no llegue a concretarse.
Hasta la fecha, aún podemos encontrar el pan de 500 pesos en los estantes de las panaderías colombianas. No obstante, la realidad económica ha impactado de manera significativa en la industria panadera. Mientras que algunas materias primas como la margarina han experimentado reducciones de precios, el azúcar ha atravesado fluctuaciones notorias. En 2022, este último experimentó un aumento abrupto del 80%, alcanzando precios superiores a los 240 mil pesos. A día de hoy, esos precios rondan los 200 mil pesos, según la información proporcionada por el presidente de Asopan en la capital del Huila.
Aunque ha habido un pequeño respiro en cuanto a otros insumos, esto no implica que los costos sean considerados bajos. Un ejemplo es la harina, que en un momento superó los 180 mil pesos por bulto de 50 kilos y actualmente se encuentra entre los 160 y 170 mil pesos, dependiendo de la marca.
En los últimos dos años, los precios han sido notoriamente altos, aunque han alcanzado un punto en el que se han estabilizado. Esto ha generado cierto alivio para los panaderos, quienes han estado lidiando con costos elevados. Sin embargo, estos costos aún no han disminuido de manera significativa, lo que al menos les permite mantener un equilibrio financiero y continuar operando en el negocio.
El sector se ha visto afectado tanto en la oferta como en la demanda. Las panaderías se han visto obligadas a aumentar los precios y reducir el tamaño de sus productos en un esfuerzo por mantener sus operaciones. Esto, a su vez, ha llevado a los consumidores a buscar alternativas, aunque con el tiempo, el consumo tiende a volver a la normalidad de manera gradual.
Además de los desafíos que enfrentan en términos de precios, el gremio de panaderos se encuentra profundamente preocupado por la inminente implementación de los denominados «impuestos saludables», que está programado para entrar en vigencia en noviembre. Esta medida, que se percibe como contraproducente, aún no se ha detallado completamente, y los panaderos están en la espera de conocer los pormenores de su aplicación. Los constantes anuncios y declaraciones gubernamentales los obligan a permanecer en vilo, ya que deberán adaptarse a las nuevas normativas que impactarán en su negocio. En última instancia, independientemente de la decisión tomada, es probable que los costos sean trasladados al consumidor final, lo que aumenta aún más la preocupación en el sector.
Si bien cada panadería es independiente y autónoma, muchas de ellas se organizan a través de la Asociación Asopan, donde participan numerosas panaderías en Neiva. Esta asociación se mantiene en constante proceso de actualización en relación con las nuevas leyes, normativas y procedimientos que afectan al sector. En la actualidad, cuentan con la participación de 130 panaderías asociadas en la ciudad de Neiva, un testimonio de la importancia de la cooperación en tiempos desafiantes.
A futuro
En medio de esta incertidumbre económica y fiscal, es importante contextualizar la situación en relación con los indicadores económicos en Colombia. Para agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el país registró una variación anual del 11.43%, completando así cinco meses consecutivos de desaceleración. Aunque este ritmo puede ofrecer cierto alivio, no se puede pasar por alto el impacto de la alta inflación en la economía colombiana.
El pan, que en tiempos pasados se vendía a precios cercanos a los $200, ahora se encuentra en un rango de alrededor de $500 por unidad. Sin embargo, este valor podría quedar atrás ante un posible aumento en su costo. ¿Cuál es la razón detrás de esto? A pesar de que la inflación ha comenzado a mostrar signos de moderación, la cifra actual sigue siendo un desafío para las panaderías a la hora de adquirir las materias primas necesarias para la fabricación de uno de los alimentos más queridos en los hogares colombianos.
Marcela Morales, presidenta de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan (Adepan), señala que en los últimos dos años los ingredientes clave para la producción del pan han experimentado un incremento del doble en su precio. Esto ha tenido un impacto directo en los márgenes de ganancia de los panaderos, lo que en algunos casos ha llevado a dificultades para mantener la viabilidad de sus negocios.
«Es muy probable que para el año 2024 los precios continúen aumentando. El negocio se ve afectado por los crecientes gastos y los estrechos márgenes de ganancia», afirmó Morales.
Además de la preocupación por el aumento en los precios de ingredientes esenciales como la harina, la levadura, el azúcar y el aceite, se suma la implementación a partir de noviembre de los denominados «impuestos saludables». Aunque estos impuestos no afectarán directamente al pan, otros productos vendidos en las panaderías, como galletas y ponqués, estarán sujetos a estas nuevas cargas impositivas.
La situación plantea un desafío importante para el sector de la panadería en Colombia, que se enfrenta a una serie de obstáculos económicos y fiscales. A medida que el tiempo avance y se apliquen estas nuevas regulaciones, el destino del pan, un elemento esencial en la vida de los colombianos, permanece incierto.
