Ante la incapacidad e ineptitud del gobierno nacional para buscar soluciones eficaces para contrarrestar el paro camionero, que llega a su quinto día, no se vislumbra la luz al final del túnel, para que se logren consensos entre el equipo del gobierno y los lideres de este sector que cada vez radicalizan sus demandas, generando una verdadera emergencia para el bienestar de las familias colombianas y por ende, a la dinámica productiva del país. El gobierno ha propuesto un aumento de $800 durante los últimos cuatro meses de la presente vigencia fiscal. Luego de unos momentos, los transportadores modificaron su propuesta para elevarla a un aumento de $400 en total (de nuevo, no gradual de ninguna forma). El Gobierno, al tiempo, también ofreció la posibilidad de que se van a revisar los fletes con el fin de buscar un mejoramiento de los ingresos de los camineros.
El caos y las afectaciones en la movilidad empiezan a hacer estragos estos días del paro de camioneros, que ha bloqueado distintos corredores viales a nivel nacional. A pesar de la mesa de diálogo realizada el 4 de septiembre, las negociaciones entre las partes no llegaron a un acuerdo, lo que prolonga la incertidumbre sobre cuándo finalizará la protesta. Todas las actividades económicas están siendo afectadas, las organizaciones empresariales están semiparalizadas, los sectores de la educación, salud, agropecuario y el de combustibles, ya empiezan a padecer su viacrucis por las dificultades para transportar las materias primas para la prestación de estos servicios esenciales para la sociedad colombiana. Gracias al accionar de la Fuerza Pública a través de la UNDMO, la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (antes llamado Esmad) para retirar los bloqueos. Las acciones de la autoridad han ocurrido en Bogotá, Cundinamarca y Boyacá con eficacia.
Las autoridades han reportado que en el país hay 233 protestas correspondientes a 120 bloqueos permanentes, 82 intermitentes y 26 concentraciones. Las actividades se reportan en 135 municipios, de 23 departamentos, con una participación aproximada de 5.888 personas y 2.071 vehículos. Se espera que las partes, vuelvan a la mesa y se logre un consenso definitivo para superar esta verdadera problemática que tiene hastiada a la sociedad colombiana. Mientras el caos y las afectaciones en la movilidad empiezan a hacer estragos tras varios días del paro de camioneros, que han bloqueado distintos corredores viales a nivel nacional. Los camioneros no pueden seguir pidiendo que el resto de los colombianos les subsidien el combustible para sus negocios privados; las arcas nacionales no aguantan mantener más tiempo el diésel congelado; no se puede perder de vista que los camioneros se han beneficiado de más de 60 meses de precios congelados, lo que les ha costado mucho dinero a los otros colombianos que deben pagar ese regalo con más impuestos.
