Por:
Adonis Tupac Ramírez
Hace dos días se realizó en la jurisdicción especial para la paz (JEP) la comparecencia de los militares involucrados en los asesinatos de civiles llamados “falsos positivos”.
Duele el alma como colombiano escuchar estos relatos, donde miles, entre ellos campesinos, jóvenes y pobres fueron masacrados, haciéndolos pasar como combatientes con el único objetivo de mostrar resultados en una guerra que solo quería números para poder elevar el ego de los generales y del gobierno. Llegaron a realizar todo un teatro para poder justificar ante los medios los asesinatos, falsificaron informes de la fiscalía y todo esto en un comportamiento que se convirtió en un patrón de las fuerzas militares de la época. No importaba quienes eran los muertos solo las estadísticas y el número de bajas.
Escuchar a los militares contar cómo se llevaron a cabo estas masacres, cómo por la presión de obtener resultados acudieron a estas estrategias arropadas totalmente por sus superiores; oír sus voces pidiendo perdón a las víctimas como el primer paso del reconocimiento de la verdad y del proceso de sanación.
Escuchar a los familiares de las victimas exigiendo que el nombre de sus hermanos, hermanas, padres, hijos e hijas fueran limpiados, exigiendo el por qué fueron asesinados, sus nombres mancillados y pisoteados.
El trabajo de la JEP en esclarecer la verdad y permitir espacios de confrontación entre militares y familiares de las victimas es un espacio de reconocimiento de las víctimas para la reconciliación y el perdón.
Colombia no puede permitirse seguir en medio del odio y de una guerra que solo beneficia a unos cuantos y desangra absolutamente al pueblo; las fuerzas militares deben continuar en la purga de sus filas y en ser verdaderamente los garantes de la seguridad del país bajo el seguimiento de la ley.
El perdón es un acto de amor-bondad donde reconocemos que a pesar de las atrocidades cometidas, esas personas también pueden hacer el bien y lo están iniciando a hacer reconociendo la culpa y contando desde sus relatos la verdad de lo acaecido.
Como muchos colombianos espero que estos crímenes como los falsos positivos, desapariciones forzadas, secuestros y asesinatos selectivos no se repitan, por eso el rol de la JEP en este proceso de transición es absolutamente importante para conocer la verdad e iniciar la reparación.