La columna de Toño
Por el P. Toño Parra Segura padremanuelantonio@hotmail.com
Dios siempre se ha comunicado con el hombre, más con actitudes que con palabras y lo hizo a través de sus profetas en el Antiguo Testamento, pero ahora dice Pablo en la Carta a los Hebreos: “Nos ha hablado por su Hijo, por medio de Él fue creado el universo, Él es el resplandor de la gloria de Dios y la impronta de su ser y con su Palabra poderosa sostiene el universo”.
Jesús en su vida pública advirtió a sus discípulos sobre los falsos profetas y doctores que sentados en la cátedra de Moisés decían cosas que no cumplían; a ellos los podían escuchar, pero no imitar porque “dicen y no hacen”.
En la Navidad, sobre la cátedra de pajas, rodeado de sencillos pastores y generosos magos, se sienta nada menos que el Verbo, “la Palabra que estaba en Dios y que era Dios; era luz y vino a iluminar el mundo y esa palabra “se hizo hombre y se estableció entre nosotros”, lo afirma Juan en ese Evangelio luminoso de este Domingo de Navidad.
Acontecimiento único en el mundo, que dividió la historia y el tiempo, que suspende el trajín de la ciencia y del hombre aunque no crea en el misterio. Hoy todo el mundo está pendiente de un recién nacido, que apenas mira con alegría el mundo que venía a salvar, para hacer una nueva creación con el hombre que tanto amó desde el principio. Cuando Dios le presentó a Adán a su compañera sacada de su costado, “éste suspiró y dijo: “Esta sí que es carne de mi carne”.
Hoy se hace Carne, el que es lo sublime, lo eterno, lo incorpóreo, y nos habla porque es la única palabra que vale la pena; se escogió una voz que fuera el instrumento sonoro de la verdad de Dios, que vino a ser testigo de la luz y de la fuerza de Dios. Privilegiado también desde el vientre materno, escogido milagrosamente de padres ancianos, resaltó al profeta Jesús y lo presentó ante el mundo lo bautizó y él desapareció, cuando rodó su cabeza en una fiesta de incestuosos, era Juan.
¿Qué nos enseña ese infante? Predica actitudes de virtudes que Él va a cumplir hasta el final: La humildad, la abnegación, el servicio y la entrega a su misión.
Derrota las tres pretensiones satánicas por las cuales el hombre creado a su imagen le había sido infiel. Predica desde el pesebre la virtud de la humildad contra la satánica ambición del poder, de la codicia, el egoísmo, la hipocresía, la adulación y el crimen. El poderoso se deja manejar por las criaturas, llevar y traer. Predica la abnegación, la generosidad y el desinterés, contra la maligna tentación del tener. No tuvo ni las mínimas comodidades de cualquier niño pobre, de padres pobres y en un establo destartalado. Y desde esa cátedra nos habla de la mortificación total contra la corrupta ambición del placer, que en el desenfreno arrastra todos los valores. Hoy cuando el mundo, aún el cristiano pide algo de Navidad, Él no exige nada material, nos pide que le regalemos los pecados para lavarlos en las actitudes anteriores.
Él vino a darse sin esperar nada, sin obligar a nadie a seguirlo y hasta los de su propia casa no quisieron recibirlo. Ese es el reto para nosotros en esta Navidad; O lo aceptamos con sus actitudes y entonces cambiemos de vida, O lo rechazamos y entonces no digamos mentiras, ni entonemos cánticos, ni repartamos nada, porque Él vino para que conozcamos la verdad de Dios, que es el Verbo y para que nos salvemos por ella.
¡Feliz Navidad para el Diario del Huila y sus lectores!
