Por: Carlos Tobar
En los dos últimos meses se han presentado varios fenómenos climáticos de gran envergadura que debieran llamarnos la atención.
Hemos tenido el mes y el día más caluroso desde que se llevan datos sobre el clima. La temperatura global promedio sobre la superficie del planeta marcó el martes 4 de julio de 2023 el récord de 17,18 grados Celsius (62,92 Fahrenheit), según información de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos.
Desde 1.850 se llevan estadísticas de la temperatura global y ese registro tan alto, produjo reacciones de los medios de comunicación: “Planeta en llamas” fue uno de los más destacados. Porque ese registro se materializaba en temperaturas extremas en Europa, Asia, África, América y Oceanía.
España, por ejemplo, en muchas de sus ciudades tuvo registros por encima de los 40 grados, muchos de ellos los más altos de su historia. Pero Francia, Italia, Alemania, para mencionar algunos, tuvieron situaciones parecidas.
Los incendios en Canadá, obligaron a la evacuación de millares de residentes ante el avance incontenible de las llamas y, las cenizas y material particulado se desplazaron miles de kilómetros afectando la calidad del aire de muchas de las ciudades fronterizas de los Estados Unidos. Nueva York, fue una de ellas, en donde las autoridades recomendaron no salir de las residencias.
La tragedia más grande se vivió en el estado de Hawái (EE.UU.), en donde en la isla de Maui, la ciudad de Lahaina, fue parcialmente arrasada por un incendio de proporciones catastróficas, que mató un centenar de personas y dejó sin vivienda a millares de familias.
También en los Estados Unidos, el huracán Idalia causó grandes inundaciones en parte del estado de Florida, al norte de Tampa, afortunadamente una región poco poblada, afectando las poblaciones de pescadores.
Pero, tal vez, el efecto más preocupante del calentamiento global es el agotamiento de las aguas subterráneas en muchos países donde este líquido vital es usado en el riego de la agricultura comercial de gran rendimiento.
Los países en donde están sonando las alarmas son dos de los principales productores de alimentos: los EE.UU. y la India. La disminución por explotación excesiva de los acuíferos subterráneos y el calentamiento global que está alterando, de manera fuerte, los ciclos de lluvia, tienen preocupados a agricultores, autoridades y a los consumidores mundiales de alimentos.
En el caso de Colombia, el Ideam y las instituciones internacionales del clima, están llamando la atención sobre la posibilidad de un fenómeno del Niño, especialmente severo, que afectará el suministro de agua para los colombianos.