Por: Harold Salamanca
Abordar el cáncer como un problema de salud pública exige un cambio radical en nuestra perspectiva: pasar de tratarlo como una enfermedad individual a enfrentarla como un desafío estructural que afecta a toda la humanidad y que podemos prevenir y eliminar. El cáncer de cuello uterino es un ejemplo tangible de cómo la colaboración intersectorial, o cocreación, redefine la lucha contra esta enfermedad prevenible, con un impacto de largo alcance y un potencial transformador.
La cocreación en este contexto implica la construcción de alianzas estratégicas entre gobiernos, instituciones de salud, organizaciones civiles, el sector privado y, fundamentalmente, la propia comunidad. Un enfoque cocreativo en salud pública permite desarrollar soluciones que abarcan desde políticas inclusivas hasta programas efectivos de prevención y tecnologías avanzadas de diagnóstico. Estas alianzas no solo fortalecen los sistemas de salud, sino que posibilitan el diseño de programas de prevención y detección temprana ajustados a las necesidades locales y basados en políticas globales.
En Colombia y muchos países de América Latina, donde persisten importantes desigualdades en el acceso a la salud, la cocreación es clave para superar las barreras hacia servicios equitativos que prioricen la prevención y detección temprana del cáncer. Las comunidades deben ser incluidas activamente en el diseño de los programas de salud, creando espacios donde sus experiencias y preocupaciones sean escuchadas. Este empoderamiento fomenta la adopción de prácticas preventivas y fortalece el tejido social al permitir que las personas se sientan parte de la solución.
El sector privado, por su parte, desempeña un rol esencial, aportando no solo financiamiento sino también apoyo logístico y experiencia en innovación, lo cual amplía el alcance y la efectividad de los programas de prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer. Por último, la academia y los centros de investigación pueden contribuir con información y evidencia científica, necesarias para desarrollar soluciones sostenibles y ajustadas a realidades locales.
Cuando la cocreación se convierte en una estrategia de salud pública, abrimos el camino hacia un futuro donde las generaciones venideras no vivan en un mundo donde el cáncer sea una amenaza constante. La cocreación permite avanzar hacia una cultura de trabajo colaborativo e intersectorial que trasciende los límites del sector salud, promoviendo un futuro en el que el derecho a la vida, la salud y la dignidad de cada persona sea respetado y protegido, contribuyendo así a la sostenibilidad de los sistemas de salud a nivel global. hsalamanca@fundacionsalbo.org