No podemos seguir normalizando los cerca de 10 atentados que hemos padecido en Neiva, y las fuertes extorsiones que sufren no solo los comerciantes y empresarios de la ciudad, si no también los campesinos y dueños de grandes extensiones de tierra de toda la región. No hay quien se salve. Por cabeza de ganado y botella de leche producida, mensualidad y vacuna periódica. Padecen muchos empresarios del campo. En Neiva quien no acceda a tal presión son quienes están siendo blanco de los artefactos explosivos de los que hemos sido testigos en los últimos 3 meses.
La economía no va bien, la falta de confianza inversionista extranjera y propios de la región han optado por invertir sus recursos en CDTs o muchos guardan su dinero por que ven que no es el momento de invertir ante la gran incertidumbre que genera la propia propuesta de la constituyente y las propias reformas propuestas del gobierno que no son claras y muchas no generan estabilidad a la misma política económica del país, un coletazo al ciclo propio de la oferta y la demanda del mercado.
No la pasan bien los comerciantes, empresarios y campesinos de la región, los que muchos llaman disidencias, otros grupos ilegales organizados que ante los incumplimientos de los acuerdos de paz, muchos han retomado las armas y tomar la delincuencia por mecanismo de subsistencia, el Huila viene siendo blanco de los peores momentos de la violencia de los años 90 cuando el narcotráfico en su máximo esplendor, la guerrilla y los paramilitares imponían las armas y el terror en un camino de anarquía que destrozó el país en su alma y cuerpo. Muertes, víctimas e irreparables pérdidas a un sistema de gobierno que le costó y le costará volver a reconstruirse.
Estamos volviendo a vivir esta estela de terror que padecimos y que creíamos habíamos superado ante los acuerdos de paz y un gobierno alternativo que generaba confianza a una reconciliación en un marco legal de paz total. El terror de la guerra y este primer tufillo de la delincuencia organizada es un duro golpe a la estructura productiva del departamento. Las reacciones de balances y consejos de gobierno no pasan más allá de promesas y medidas que no vemos en realidad, y que pareciera que se fortalecieran con el pasar de los días. Es muy preocupante la situación de Neiva y la región, no podemos estigmatizar en una anarquía. La inteligencia, la tecnología y el pie de fuerza debe ser contundente ante el gran vacío de liderazgo que tenemos ante la ola de ataques que reciben el sector productivo regional.
El poder de la extorsión tiene un grave coletazo al desarrollo y la política económica, la recuperación del dólar y la estabilización de la inflación han sido opacados por la grave situación de seguridad que hoy padecemos y que pocos avances se registran con el pasar de los días. Ahora más que nunca es el momento de denunciar, apoyar la institucionalidad y en cohesión salir de esta incertidumbre que vive la ciudad.
