Tanto o más que la entrevista con la propia Meghan, las declaraciones de Harry han causado estupor entre los británicos y han provocado el anatema casi unánime de los biógrafos reales. El presentador de la ITV Piers Morgan fue más allá y acusó al príncipe de haber protagonizado «una despreciable traición a la familia real» y de haberles humillado «como una panda de racistas».
Harry refrendó las acusaciones de Meghan de hostilidad racial hacia ella, y los comentarios sobre «cómo de oscura sería la piel» de su hijo Archie. El hijo menor de Carlos y Diana aseguró que no tuvo a quién recurrir dentro de su propia familia cuando Meghan exhibió tendencias suicidas durante su embarazo.
«Me sentía atrapado en el sistema», declaró a Oprah. «Mi padre y mi hermano también están atrapados. No les dejan salir. Siento una enorme compasión por ellos». Harry reconoció que su relación con William desde su marcha es prácticamente inexistente y se puede definir con una sola palabra: «Espacio».
Harry aseguró que la experiencia de los primeros meses tras la boda y el embarazo de Meghan le hizo llegar a una conclusión: si quería formar su propia familia, tenía que ser lejos de la familia real. «Hubo una falta de apoyo y de entendimiento durante el proceso», dijo.
El hijo menor de Carlos describió también la frialdad y la distancia con el heredero de la Corona: «Cuando nos fuimos a Canadá, hablé tres veces con mi abuela y dos con mi padre. A partir de un cierto punto dejó de atender mis llamadas… Llegó a sugerir que le describiera mis intenciones por escrito. Me sentí decepcionado. Me hizo mucho daño todo lo ocurrido».
Harry describió cómo tuvo que usar parte de su dinero de la herencia de Diana para pagar la seguridad de la pareja cuando la familia real decidió no sufragar los gastos tras su partida del Reino Unido. Al príncipe le mudó el rostro en el momento de anunciar que serán padres de una niña, y que tendrán la parejita. «¡Sí», exclamó el príncipe en una señal de júbilo.
Harry no reveló si sigue adelante con sus planes para viajar al Reino Unido y asistir al 100 cumpleaños de su abuelo Felipe de Edimburgo, que lleva 20 días en el hospital y ha sido nuevamente operado del corazón. El príncipe planeaban también asistir a la inauguración de una estatua en honor a Diana con su hermano. Sus explosivas declaraciones pueden vetarle sin embargo su futura aparición con la familia real en actos públicos.