DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Acomodando el nombre del viejo juego escolar denominado “El puente está quebrado”, a lo que pasa desde hace muchos años en nuestro país con los CONTINUOS puentes festivos que agobian a los comerciantes y a las empresas industriales, podría decir que “los puentes nos están quebrando”. Dos seguidos en lo que va corrido del mes de noviembre, que apenas arriba al día 13 del calendario, permiten observar que estos descansos laborales resultan una carga para los empresarios que generan empleo. Dejamos de trabajar dos lunes y a eso hay que enredarle que los viernes y el martes se vuelven medio día de trabajo. Esto afecta la productividad y en ciertos casos hace perder el ritmo de los días hábiles. Los empresarios manufactureros, que no pueden darse el lujo de parar, tienen que pagar a los trabajadores un dinero extra por esos días lo cual incrementa los costos y resulta ser un peso financiero. Menos ingresos por ventas, pero los gastos fijos de arriendo, empleados, servicios básicos, impuestos, entre otros, no se reducen. Si a esto le sumamos la disminución de las horas de trabajo semanales que se está efectuando gradualmente año tras año hasta 2026, cada día la situación va a ser mas onerosa para los generadores de empleo. La Ley Emiliani (Ley 51 de 1983), iniciativa del exministro y senador ya fallecido, Raimundo Emiliani Román, estipuló que 10 de los 18 días festivos en el país se trasladen al lunes siguiente en el calendario si su fecha original cae entre los días martes y domingo. De allí proviene la proliferación de los llamados “puentes”. Uno de los pocos sectores que se beneficia con estos festivos es el sector turismo. Obvio me refiero si la gente tiene dinero para disfrutarlos pues no siempre se da el caso que haya recursos para estos “menesteres”. El debate del tema de la revisión de la Ley Emiliani podría ser interesante, pero pocos se le miden a plantear su eliminación. Desde luego, a los trabajadores y a los sindicatos no les conviene y los empresarios prefieren buscar beneficios por otros lados. Así que considero que la Ley Emiliani seguirá vigente por mucho tiempo, hasta que haya alguien que le ponga el cascabel al gato. Como dice el refrán: No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.