Con beneplácito la opinión pública ha recibido el comunicado de los voceros del Gobierno Nacional y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de reiniciar los Diálogos de Paz que habían sido suspendidos por el gobierno anterior. Cuba será el país anfitrión. Para el gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego y la Fiscalía General de la Nación suspendieron las ordenes de extradición y las órdenes de captura, que tenían vigentes por su accionar bélico y criminal que han mantenido contra la sociedad colombiana. Desde años anteriores se había intentado establecer esta iniciativa, que se buscaba desarrollar paralelamente con el proceso que se adelantaba en la Habana Cuba con el grupo insurgente de las Farc.
Este es un hecho trascendental para el país, por las expectativas que se generan para la paz colombiana. Se espera que exista un cese unilateral de hostilidades, con este grupo insurgente que ha mantenido en un estado de zozobra a algunas regiones del país, por su accionar terrorista generalizado. Han afectado su bienestar por más de 57 años de conflicto armado, a través de cinco frentes que han estado operando en 92 municipios, con una estructura que se estima en más de 2.000 hombres en armas, distribuidos en nueve departamentos. Las Fuerzas Armadas del Estado, le han propinado certeros golpes que han diezmado su accionar terrorista. Su incapacidad para renunciar al secuestro fue una de las limitantes para que el gobierno nacional tomara la decisión de iniciar esta fase de conversaciones. Afortunadamente la liberación de algunas personas que se encontraban han vuelto a revivir esta esperanza de diálogos y desentrabar uno de los principales escollos que se tenían anteriormente para sentarse a la mesa.
Hay que reconocerle al gobierno del presidente Petro, para buscar la paz total con todos los actores armados en el país. No se puede seguir derramando sangre por culpa de un conflicto armado, que tiene hastiada a la población colombiana de esta violencia absurda que solo ha traído muertes, lesionados y daños a la infraestructura productiva.
Con la delegación designada por el primer mandatario de los colombianos, se busca establecer estos acercamientos que conduzcan a unos diálogos de paz mediante la implementación de los temas que se acordarán y que van a ser el eje de las conversaciones entre los actores en conflicto, así no exista una confirmación oficial cuando se van a reiniciar éstos. Por lo espinoso y tortuoso que es el tema de los diálogos de paz, entendemos la prudencia adoptada por el ejecutivo para evitar que se conviertan en un espectáculo que, con el afán de informar sus resultados, pueden dar al traste con los fines que se persiguen en un momento determinado, que es la reconciliación nacional con este actor armado.