Colombia ha padecido durante más de sesenta años el flagelo del secuestro. Diversos estudios realizados, han mostrado que este abominable delito, no solo tiene efectos sicológicos más allá de las víctimas directas, sino que genera un deterioro paulatino de los integrantes de las familias afectadas. Así éstas no hayan sido plagiadas y en apariencia no se encontraron privadas de su libertad, la realidad es que ellas también se sintieron secuestradas, porque vivieron un cautiverio virtual. Las versiones presentadas por las personas que han padecido el flagelo del secuestro, ante los organismos de seguridad, relatando cada uno de los instantes de los sufrimientos vividos durante su cautiverio, se han podido conocer las atrocidades a que fueron sometidos por sus verdugos.
Son muy desgarradoras las historias que relataban sobre los peores momentos que vivieron durante su cautiverio. Se genera el más grande rechazo contra estas prácticas inhumanas desarrolladas por sus captores en los tiempos modernos y que solo son comparables con las atrocidades que cometían algunas civilizaciones antiguas. Las familias afectadas también vivieron en carne propia estas experiencias aterradoras de sus seres queridos que fueron sujetos del secuestro. Para ellas, no existieron barrotes, no estuvieron aisladas del mundo, no tuvieron una pistola enfrente, pero se encontraron encerradas sicológicamente por un secuestrador que aparecía y desaparecía de manera repentina y azarosa como un ser invisible siempre ahí presente.
El loable el accionar de las Fuerzas Militares para contrarrestar esta serie de abominables delitos, que cualquier colombiano puede verse expuesto al accionar criminal de los grupos narcoterroristas y de la delincuencia común. Actualmente se han venido incrementando, producto del debilitamiento progresivo del aparato armado del Estado. Hay que reconocerles el rescate exitoso de Eduard Mauricio Muñoz Plazas, quien estuvo secuestrado durante 15 días en la zona rural de Timaná. El joven, originario del municipio de Acevedo, había sido plagiado el pasado 15 de febrero mientras salía de su supermercado en pleno casco urbano. Según informes de las autoridades, fue abordado por hombres armados y obligado a subirse a un vehículo Mazda CX de color azul contra su voluntad. El secuestro desató una intensa operación de rescate liderada por el Gaula Policía Huila, en colaboración con la Fuerza Aeroespacial y el Ejército.
Si ha habido un crimen que haya probado la degradación de la guerra colombiana, que además ha sido una de las peores torturas llevadas a cabo por los seres humanos, ese ha sido el secuestro. Desde los años 70 hasta la fecha, este crimen ha desdibujado las causas de los revolucionarios, porque ha aterrorizado a todos los estamentos de la sociedad colombiana y ha sido padecido por todas las clases sociales en diferentes regiones del país. Sigue siendo unas de las principales razones por las cuales ha sido así de difícil, llamar a la reconciliación y conseguirla.