EL RINCÓN DE DIANA
Por: Diana Montes
Armando Benedetti es un gran político profesional. Tiene una gran capacidad de intuir dónde estará la fuente del poder político y de acercarse a ella para disfrutar de los privilegios de su posición. No por nada en su momento fue uribista, luego santista y ahora una ficha inamovible del gobierno Petro.
En los últimos días hubo revuelo en la Casa de Nariño por el nombramiento de Armando Benedetti como asesor del gobierno, después de su paso por la embajada de Colombia ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), después de estar más de un mes en un centro de rehabilitación para tratar sus adicciones a las drogas y al alcohol e incluso después de haber hecho declaraciones desobligantes contra el Presidente Petro.
Por supuesto que al ala izquierda del gobierno esta noticia no le cayó bien: fue necesaria una tensa reunión en el palacio gubernamental para calmar los ánimos… por ahora. Figuras anteriormente disímiles como la Vicepresidenta Francia Márquez, la Ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez, el Ministro de Educación Daniel Rojas, el Director del DPS Gustavo Bolívar y el Director del DNP Alexánder López hicieron un bloque interno para cuestionar la llegada de Benedetti al gobierno nacional.
Es claro que gracias a políticos como Armando Benedetti o Roy Barreras, el hoy Presidente Gustavo Petro pudo lograr el centavo para el peso que le faltaba para acceder a la primera magistratura de la nación. Esa transacción es una deuda que políticos profesionales como ellos saben cobrar más que nadie. Sin embargo, el pueblo eligió a Gustavo Petro para que liderara un cambio; pero estas transacciones políticas son las que el pueblo quería cambiar. Es muy posible que en el núcleo de la crisis política del gobierno nacional esté esta gran inconsistencia ideológica.
De todos modos, el fracaso de las marchas lideradas por la oposición el pasado sábado mostraron que tampoco es que el pueblo quiera un regreso a la situación anterior. Ante este panorama de incertidumbre, ¿qué fuerza política será capaz de aprovechar el río revuelto?