En medio de la tensión política, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, controlado por el chavismo, ha ratificado la victoria electoral de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
La decisión se produce tras una serie de denuncias por parte de la oposición, quienes alegan un fraude masivo que habría favorecido al actual mandatario.
El anuncio fue realizado por la Sala Electoral del TSJ, que asumió la revisión del caso después de que el propio Maduro presentara un recurso legal. El tribunal ordenó un peritaje exhaustivo del proceso electoral, y en su sentencia final, afirmó que el material electoral había sido “certificado de forma inobjetable”, convalidando los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Según el TSJ, estos resultados indican que Nicolás Maduro Moros fue electo legítimamente como presidente de la República.
En su comunicado, el tribunal insistió en la transparencia del proceso: “Con base en los resultados obtenidos en el proceso de peritaje, podemos concluir que los boletines emitidos por el Consejo Nacional Electoral respecto a la elección presidencial 2024 están respaldados por las actas de escrutinios emitidas por cada una de las máquinas de votación desplegadas en el proceso electoral”. Además, agregaron que las actas coincidían plenamente con los registros de las bases de datos de los centros nacionales de totalización.
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Sin embargo, esta ratificación del TSJ no ha sido bien recibida por la oposición venezolana ni por la comunidad internacional. La Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de la ONU emitió un nuevo pronunciamiento, en el que señala que tanto el Tribunal Supremo de Justicia como el Consejo Nacional Electoral carecen de imparcialidad e independencia, acusándolos de formar parte de la maquinaria represiva del Estado.
María Corina Machado, una de las líderes m más visibles, criticó duramente la decisión del TSJ y reafirmó las denuncias de fraude, subrayando que el régimen de Maduro continúa utilizando las instituciones del Estado para consolidar su poder y reprimir a quienes se oponen a él.
Este fallo del TSJ representa un nuevo capítulo en la prolongada crisis política que vive Venezuela.
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