Por: Faiver Eduardo Hoyos
Al Pan, Pan…
Cuando hablamos de fútbol moderno debemos hacer referencia a un término que está de moda: el VAR. Conocido por sus siglas en inglés como (Video Assistant Referee), es un sistema implementado por la FIFA que consiste en tratar de disminuir la mayor cantidad de errores arbitrales en las diferentes competiciones de fútbol a nivel mundial.
La llegada de esta tecnología al balompié internacional se dio en el año 2016, en gran parte impulsado por otros deportes que ya contaban con un sistema tecnológico similar, el cual buscaba reducir injusticias dentro del juego y así brindar un espectáculo deportivo más atractivo y transparente para el público.
Esta nueva implementación llego a suelo colombiano a finales del 2018 en un juego por Cuartos de Final de la Copa Sudamericana entre el Independiente Santa Fe y el Deportivo Cali. Como todo lo nuevo, generaba gran expectativa e ilusión para mejorar la Liga Colombiana y de esa manera contribuir a reducir de fondo los graves errores cometidos por los árbitros dentro del terreno de juego.
Desafortunadamente estamos en Colombia. La corrupción se ha enquistado en las diferentes Instituciones del Estado. Por eso sería paradójico, a la vez que pecaríamos de ingenuos, creer que el deporte colombiano está libre de ese maldito vicio que hoy carcome al país entero.
Lo que sucedió en el clásico entre Medellín y Nacional en días pasados, es vergonzoso por donde se le mire. Es cierto que el arbitraje colombiano siempre ha sido polémico llegando al límite de pasar a ser sospechoso, pero lo acontecido en el último clásico paisa es una burla directa al Fútbol Profesional Colombiano en general.
No es posible que se vaya la señal del VAR en una situación del juego que hubiera podido darle un cambio distinto al compromiso. No es posible que mientras se solucionaba el problema del VAR, hayan autorizado sustituir al jugador implicado por otro. No es justo que no haya garantías para los equipos de la Liga Colombiana, ni para los hinchas que finalmente son los que deben meterse la mano al bolsillo y pagar para poder ver una Liga que parece ya perdió su norte.
En un país donde la ética es escasa, no es acorde que una casa de apuestas sea quien patrocine al Fútbol Colombiano. Mucho menos que ese mismo patrocinador financie también equipos dentro de la misma Liga. Tener ligado el deporte y las apuestas deportivas podría ser un riesgo inminente para que se presenten amaños deportivos en un futuro, si es que ya no se están presentando.
La DIMAYOR está acabando con el Fútbol Colombiano. La censura a las transmisiones radiales es una estocada al corazón de miles de periodistas independientes en el país que buscan cubrir los eventos deportivos para informar a sus oyentes. El fútbol nació de la mano de la radio y no es momento para pensar en intereses personales.
Si bien es cierto, el VAR se implementó en las Ligas más importantes de todo el mundo con la finalidad de mejorar y corregir las injusticias que a veces se producían por causa de un error humano. También hay que mencionar que en Colombia ha generado muchas polémicas en diferentes juegos, llevando al hincha a creer que jamás se debió haber implementado en nuestra Liga. Personalmente creo que el problema no es del VAR, sino de quienes lo manejan.