La improvisación y la falta de planeación para poner en marcha las iniciativas gubernamentales, están dando al traste con los propósitos del presidente Gustavo Petro Urrego, para brindarles una mejor política de salud a todos los maestros del país. Tal es el caso, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Angulo Jaramillo, ha sido incapaz para manejar y liderar esta política pública, que inclusive llevó al naufragio de este proyecto de Ley. Desde que se tomó la decisión de cambiar el modelo de prestación de este servicio vital a los docentes del magisterio, empezaron a padecer el peor viacrucis en la historia de la República. En reiteradas ocasiones ha tenido unas salidas en falso sobre este accionar gubernamental. Recientemente se filtraron a los medios de comunicación unos audios donde se refirió en términos descorteces contra el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla y a otros funcionarios del alto gobierno. Algo absurdo. Se demuestra la incoherencia que existe entre los mismos integrantes del gobierno nacional, para estructurar estrategias que conduzcan a mejorar el bienestar de las familias colombianas.
Dichas expresiones, son comparadas con las que manifiestan las personas incultas o del personal privado de la libertad en las cárceles. Deja mucho que decir, de un alto funcionario del gobierno nacional. Ni el presidente se pronuncia a tales adefesios. Con ello se genera una mayúscula incertidumbre en el ambiente político y de la sociedad colombiana. Luego de haberse revelado en todos los medios de comunicación, de una reunión que sostuvieron las autoridades de la salud, para ultimar los detalles del nuevo modelo de este vital servicio para el magisterio, el pasado 7 de mayo en la sede de la Fiduprevisora, coloca en el foco del huracán, la improvisación de esta política pública. Están en riesgo, el bienestar de más de 800 mil maestros en todo el país. Son innumerables las protestas que se han venido presentando en las capitales de los departamentos, por la falta del suministro de medicamentos, autorizaciones para intervenciones quirúrgicas, deficiencia de insumos, y autorizaciones para acceder a los médicos especialistas, entre otros, que se han convertido en una constante, ante la sorpresa de las demás familias colombianas.
Y así, el gobierno nacional, sigue insistiendo en presentar nuevamente a consideración del legislativo, la Reforma a la Salud que ha sido considerada por el personal de la salud y de expertos, que es un modelo fallido y que va en contravía de lo que debiera ser la prestación e implementación de una política de salud para toda la sociedad colombiana. Claro está, que la actual, debe mejorarse. No debe seguir siendo el botín de los propietarios de las EPS. Como lo expresaba el Senador Huilense, Carlos Julio González Villa, esta reforma debe ser consensuada ampliamente con todos los actores de la sociedad.