API
Rubén Dario Rojas López, trabaja en una agencia de publicidad. Ha padecido un viacrucis desde el fin de semana, cuando fue interceptado en un retén de la policía en la vía que de Honda, Tolima, conduce al municipio de La Dorada, Caldas.
Fue agredido, esposado, trasladado en una patrulla. Su licencia de conducción cancelada, el vehículo inmovilizado y al final abandonado en la carretera bajo el sol agreste y la humedad inclemente de uno de los lugares más calientes del país; con un agravante adicional que para ese momento desconocía, el comparendo que le habían impuesto los policiales ascendía a $42 millones de pesos, dos veces más del valor del carro.
Todo sucedió este sábado 27 de marzo. Rojas viajaba hacia La Dorada, Caldas, eran las 10 de la mañana, observó vio un retén, uno de los policías hizo la seña para que se detuviera.
Por la ventanilla del conductor el agente Bedoya con placa 168913 le pidió los papeles, cédula, tarjeta de propiedad del vehículo y Soat. Mientras los buscaba, el policial vociferó que el vehículo olía a marihuana.
Entonces pidió a otro de los patrulleros que verificara el aroma. De inmediato, le preguntaron si transportaba alucinógenos o los había consumido, él respondió que no.
Informó a los uniformados que era consumidor ocasional de marihuana, pero que ese día no había fumado nada y que el olor del carro no era ilegal. Acto seguido, uno de los policiales le manifestó, según Rojas, que cómo iban a “cuadrar” entonces.
Él entendió que con esa frase le estaban pidiendo un soborno y se negó, “no estoy acostumbrado ni estoy de acuerdo con ese tipo de acuerdos”, respondió Rojas, entre sorprendido y alterado.
Ahí los patrulleros cambiaron de actitud, le comunicaron que lo iban a trasladar hasta el hospital de Honda para que le fuera practicada una prueba de alcoholemia o de consumo de alguna sustancia alucinógena a fin de verificar si estaba en condiciones o no de conducir el vehículo gris marca Nissan modelo 2010.
La decisión le pareció “arbitraria y desproporcionada” según le manifestó a la Agencia de Periodismo Investigativo, API, pues a pesar del análisis exhaustivo que le realizaron al vehículo y de no haber encontrado nada ilegal, los patrulleros pretendían en pleno inicio de un tercer pico de la pandemia, ingresarlo por urgencias a una institución de salud.
Llamó a su abogado, este le manifestó que no fuera a firmar ningún documento o consentimiento pues consideraba que el procedimiento policial era ilegal.
Los uniformados grabaron el procedimiento en un video. Lo llevaron nuevamente al retén y le comunicaron que le impondrían un comparendo, le retendrían la licencia y finalmente el vehículo quedaría inmovilizado.
Una vez más Rojas reclamó y pidió que le dijeran cuál era la infracción que había cometido, si todos los papeles estaban en regla. Aseguró que lo único que no había hecho era acceder a su solicitud de arreglo.
Pero vino lo inesperado. Mientras reclamaba, cuatro agentes lo sometieron, lo arrojaron contra el piso e intentan esposarlo. Él no opuso resistencia física, solo les decía que era injusto.
Los uniformados se llevaron las llaves del carro y a cinco kilómetros del lugar los dejaron en la mitad de la vía bajo el sol canicular.
No obstante, Rojas estaba acompañado de su hermano quien minuto a minuto grabó todo lo sucedido. Como constancia de los hechos no sólo quedó abundante material audiovisual sino varios videos en donde el publicista iba narrando paso a paso lo sucedido.
Visiblemente afectado por los hechos, este lunes, primer día hábil de la semana, el publicista se dirigió a la oficina de tránsito de Honda y allá le notificaron tres noticias que aumentaron su pesadilla.
La primera es que el vehículo estaba en los patios y que no podía sacarlo antes de 20 días. La segunda es que su licencia de conducción había sido cancelada y la tercera que él comparendo impuesto por los policiales ascendía a los $42 millones.
Indignado pues en su cabeza ronda la idea que ese viaje se convirtió en pesadilla por no haber accedido al soborno de los policías, denunció lo sucedido ante la Fiscalía, Procuraduría, y asuntos disciplinarios de la Policía.
Al respecto, desde hace dos meses, cuando asumió como director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas ha reiterado la instrucción a los uniformados en su deber aplicar los procedimientos policiales correctamente al tiempo que ratificó que no tolerará abusos policiales.
Cuatro uniformados con las placas 084484, 168913, 087744, 086685 y 048063 son señalados por Rubén Dario Rojas de haber hecho de su viaje un viacrucis. Al respecto, fuentes de la Policía Nacional aseguraron a esta Agencia que el caso está en indagación.
“Quiero que me devuelvan mi licencia, que me permitan volver a conducir porque para mi es fundamental para visitar a mi familia y hacer mis negocios, que me devuelvan mi carro en las buenas condiciones que lo encontraron. Busco además que se deje un precedente del mal proceder policiaco y del abuso de autoridad que se hizo conmigo. Quiero además dejar una enseñanza a la sociedad sobre porque es importante ceñirse a las normas y no permitir este tipo de comportamientos ilegales como es solicitar sobornos y aparte de eso permitir el abuso policial del cual somos victimas los ciudadanos todos los días”, puntualizó el publicista.