DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Daniela Gutiérrez
Gracias a una visión prolongada de los beneficios del suelo y las condiciones geográficas, así como climatológicas del municipio de Tello, Fermín Alonso Canal y Mario Falla Chico emprendieron el camino de cultivar arándanos cerca al desierto de la Tatacoa, a casi 40° de temperatura.
Dos años llevan Fermín Alonso Canal y Mario Falla Chico haciendo realidad la visión que tuvieron a inicios del año 2020 que impulsó la creación de un cultivo de arándanos, que tenía una particularidad, se daría en la zona cercana al desierto de la tatacoa en el Departamento de Huila.
Decidiendo romper paradigmas y seguir el modelo de cultivo que tenían países vecinos, arrancaron con las primeras plantas en el mes de julio del 2020 momento en el cual se sembraron 3.000 ejemplares en un terreno a 15 minutos de municipio de Tello. Además de arándanos se cultivaron sueños los cuales fueron dando fruto a su tiempo.
“La idea surgió gracias a la visita de un agrónomo peruano que vino a la región y nos dijo que la zona era muy apta para cultivar arándanos, y que por qué no hacíamos un ensayo inicial y nos contó de su experiencia en el Perú, ya que hoy en día es el país con mayor producción de arándanos”, recordó Fermín Alonso Canal.
Dado a que la zona norte del vecino país, que es donde mejor se cultiva este fruto es coincidencialmente, muy parecida climatológica y geográficamente a los alrededores del desierto la Tatacoa, Fermín Alonso Canal y Mario Falla Chico, decidieron arrancar el proceso.
“Hicimos un estudio de suelo, revisamos la parte climatológica y definitivamente la conclusión fue que era factible crear el proyecto del cultivo de arándanos. Iniciamos con 3.000 plantas y tuvimos una mortalidad inicial de más o menos unas 1.000, hicimos una resiembra y en este momento tenemos 2.500 plantas”, especificó Canal.
A esta mortalidad los emprendedores le llaman “el costo del aprendizaje”, teniendo en cuenta que el arándano es un arbusto que tiene algunas consideraciones y es delicado en su manejo.
Fermín Alonso cuenta que sembraron en julio del 2020 y comenzaron a cosechar en abril del 2021 y, contrario a lo que sucede en otros países productores como Perú, Estados Unidos, Chile, Argentina, Canadá, entre otros, que tienen estaciones y por lo tanto la producción sólo es verano, estos empresarios tienen la ventaja de tener cosecha todo el año.
“Dadas estas condiciones climatológicas y ambientales, a los 8 meses pudimos empezar a producir. Hay semanas o meses que hay picos y otros donde se baja la producción, pero es constante y la vida media de las plantas según lo que se ha visto en otros países es de 10 años, no sabemos cómo se comporte acá finalmente, esperamos que igual o mejor”, indicó.
Producción constante
Esta planta según sus cultivadores tiene estados fenológicos entendiendo que se tienen la etapa de floración, luego frutos pequeños, cuando pasan a ser verdes, frutos en proceso de maduración y finalmente los que están maduros y listos para el consumo.
“Hay que estarle haciendo unos manejos porque cada planta tiene alrededor de 15 y 20 ramas y cuando esa rama termina su producción se poda y ella sola vuelve a salir quedando nuevamente lista para dar frutos. Por eso es por lo que la producción es constante. Esto es lo que no pueden hacer otros países, no pueden hacer podas parciales, sino que deben cortar toda la planta porque llega el invierno”, explicó Canal, quien es médico de profesión.
De acuerdo con su experiencia, dice que el suelo necesita una preparación inicial donde se comprueba que es arenoso; que filtre el agua y que no se enlagune porque si el terreno es arcilloso no va a permitir que el agua se filtre y no se puede sembrar en tierra. Una vez se comprueba el estado del suelo se procede a aportarle los nutrientes de acuerdo al resultado del análisis.
“Este cultivo tiene un manejo agronómico como cualquier otro, requiere algunos insumos especiales teniendo en cuenta la etapa en la que se encuentre el cultivo. Ahora, el hecho de que la tierra no sea apta el arándano se puede cultivar en masetas”, contó.
Canal también explicó que la labranza debe tener un sistema de riego por goteo a través del cual se hace el riego del agua que necesita la planta y también por el cual se le administra la parte nutricional como abonos, lo cual lo hace muy tecnificado.
Los costos
Teniendo en cuenta que los costos varían dependiendo del lugar geográfico donde se siembre, de si se hace en maseta o en tierra y de las condiciones climatológicas el terreno, se puede estimar que los costos de sembrar una hectárea de arándanos y llevarlos a la producción puede estar alrededor de los 350 millones de pesos, especificando que “una hectárea puede tener entre 8 y 10.000 plantas dependiendo la densidad de siembra que se utilice”, informó Fermín Alonso.
Hablando ya de la recolección del fruto “desde la primera quincena de abril, hasta el 31 de diciembre del año 2021 recogimos una tonelada de arándanos, este año hasta el mes de marzo, hemos recogido ya media tonelada de las mismas 2.000 maticas. Esto hay que tener en cuenta que el primer año la producción no es mucha porque es una planta que todavía está muy joven”, recalcó.
Uno de los aspectos a recalcar es que de acuerdo con el pasar del tiempo y la maduración de la planta, esta va arrojando frutos más grandes y de mejor sabor.
Una visión
Fermín Alonso Canal y Mario Falla Chico, han sacado su emprendimiento adelante con recursos propios, sin embargo, pensando en ampliar el cultivo y la producción, han realizado acercamiento con la Gobernación del Huila buscando apoyo y como resultado de esto, fueron invitados al mercado campesino el cual se llevó a cabo el pasado viernes 29 de marzo.
“Adicionalmente a esto, estamos haciendo un acercamiento con la Secretaría Técnica de la Cadena de Frutas y Hortalizas para hacer unos proyectos de investigación y ver la posibilidad de tener ayuda en recursos para ampliar el cultivo”, manifestó Canal.
Es de resaltar que este tipo de iniciativas promueve la generación de empleo en las regiones y como muestra de ello, se tiene a este emprendimiento que en su etapa inicial de siembra requiere de dos trabajadores por hectárea sin contar la mano de obra que se requiere para la siembra y la preparación del suelo. En el momento que la planta comienza a producir y está en su pico (que se puede dar hasta después de un año) se requieren más o menos de 20 a 25 trabajadores diarios para una hectárea y que se recolecte la cosecha.
“El arándano es un cultivo que se cosecha a mano y se debe hacer con mucho cuidado porque si se es brusco al coger la fruta de la planta, se va a desgarrar, la fruta se le pela un poco la cáscara y se va a dañar muy rápido. Es un manejo es de mucho cuidado”, enfatizó el médico Canal.
Comercialización y distribución
“Entre los amigos promocionamos el producto, en Neiva a mí me dicen el señor de los arándanos ya, porque estamos aprovechándolos entre los amigos y nos hace falta”, manifestó Mario Falla Chico.
Este emprendimiento saca entre 150 y 300 libras semanales y venden a través de las redes sociales de Bilberries (nombre del emprendimiento) y difusión en distintas plataformas virtuales que le han permitido comercializar su producto y llegar cada vez a muchas más personas.
“Hemos tenido muy buena acogida en el mercado por el sabor y calidad, pero también por los beneficios que tienen los arándanos, ya que tiene muchos antioxidantes y ayuda a regular el metabolismo en los pacientes diabéticos. Además, es utilizado porque tiene la capacidad de ser antiséptico urinario (sirve para controlar infecciones urinarias)”, concluyó el empresario.