En medio de la peor crisis administrativa de las muchas que ha debido soportar la Universidad Surcolombiana USCO, el Consejo Superior Universitario CSU, se apresta esta mañana a designar un nuevo rector encargado.
Da la impresión de que son muy tranquilos, porque actúan como si no pasara nada y en su interior están sucediendo muchas graves, además del desbarahuste administrativo, de cual, la comunidad universitaria ni la sociedad huilense tienen conocimiento, porque se mantiene todo el más completo hermetismo.
Tengo en mis manos una comunicación en donde la Subdirección de Cobranzas de la UGPP, le anuncia el embargo de 16 cuentas bancarias por 1.800 millones de pesos a la Universidad Surcolombiana, expedida con fecha del 12 de noviembre de 2020.
Inclusive, otra dirigida al Banco de Occidente, fechada el 15 de noviembre, cuya medida cautelar está firmada por Nelson Humberto Ovalle Durán, subdirector de Cobranzas de ese despacho.
La UGPP, es la Unidad Administrativa Especial de Cobranzas de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales de la Protección Social, una entidad adscrita al Ministerio de Hacienda, que controla y verifica el cumplimiento de las obligaciones del Sistema de Seguridad Social de los funcionarios.
Es un asunto grave, porque se trata del presunto incumplimiento de las obligaciones que tiene la USCO, entidad pública que tiene a su cargo el reconocimiento de pensiones, respecto de las cuales se ha decretado la medida cautelar, cuya omisión puede ser causal de investigaciones y posibles sanciones fiscales y disciplinarias.
Me comuniqué con la presidenta del Consejo Superior, Carolina Guzmán, quien además es la representante del ministro de Educación, quien rehusó hablar sobre el tema y me remitió averiguar mediante oficio a la Oficina de Comunicaciones de la USCO.
Tengo entendido que han transcurrido más de 4 meses y la medida persiste y, no se conoce aún alguna gestión que haya realizado el rector Hernando Gil para solucionar esta delicada situación.
Este embargo a las cuentas de la Universidad Surcolombiana, pone sobre la pared al rector, inclusive, al mismo Consejo Superior, que al parecer tampoco había sido enterado, igual ocurrió en su momento, con la investigación adelantada por la Corte Constitucional y no le habían puesto atención, por la cual se ordenó suspender el proceso de elección y designación de rector.
La medida de embargo fue decretada mediante Resolución No. RCC340459, incluye “saldos bancarios, títulos de depósitos, títulos de contenido crediticio y demás valores que posea la Universidad en las entidades bancarias y en sociedades y acciones en las que sea titular del derecho de dominio, o de cualquier otro producto financiero”.
Sumado a lo anterior, se conoció además que en el 2020 la USCO bajo al puesto 43 del ranking nacional de Universidades en materia de investigación y no presentó en el año 2020 ni un solo trabajo o sea que perdió siete puestos, pese a las cuantiosas inversiones de casi 4.938 millones del año pasado que no se sabe cómo los gastaron.
Los esfuerzos que en su momento venía realizando la Vicerrectoría de Investigación apoyada por docentes y los grupos de investigación, en cabeza de doctora Leidy Carolina Cuervo, perdió empuje y muchos le atribuyen ese bajón a la interinidad que le ha hecho mucho daño a la USCO desde el año pasado. Cuervo, permaneció en el cargo el año 2019 y unos pocos meses del 2020.
El actual Vicerrector, Alexander Quintero, asumió este cargo en el 2020 y pese a contar con casi cinco mil millones a su disposición, no continúo publicando de manera habitual los informes mensuales.
En los documentos de rendición de cuentas se pudo evidenciar que para el 2019 se invirtieron $5.026 millones para la investigación, y se obtuvo el puesto 36 a nivel nacional según el Ranking Art Sapiens. Para el 2020 se invirtió prácticamente la misma suma de dinero, $4.938 millones, y se desmejoró 7 puestos.
Es grave la situación de la USCO, pero más grave es que no haya conciencia ciudadana para evitar que se mantenga esta crisis, todo porque algunas personas están aferradas al poder y otras a sus apetencias personales y politiqueras en ese centro de educación superior, el más importante del Sur del país. ¡Qué vergüenza!