Carlos Yepes A.
En reiteradas ocasiones y a través incluso de varias de mis columnas de opinón, he venido planteando la necesidad de construir para Neiva un “acuerdo para vivir mejor”, a raíz de esto varios de mis apreciados lectores, a quienes agradezco especialmente, vienen insistiendo en iniciar un proceso que contribuya de manera efectiva al logro de un mejor futuro para la ciudad, que permita involucrarnos en temas públicos en favor de objetivos comunes y de esta manera mejorar el conocimiento de la ciudad y sobre todo apropiarnos realmente de nuestro propio desarrollo.
Este sentir tiene una explicación, claramente enfrentamos una evidente ineficiencia gubernamental que motiva mucho más compromiso de los ciudadanos, no podemos concebir que en pleno Siglo XXI persista una desconexión entre democracia y el ejercicio de una vida digna, esta desafortunada realidad se convierte en suficiente razón por la cual los neivanos debemos porpiciar “un acuerdo para vivir mejor” que integre una visión de largo plazo, que plantee proyectos ambiciosos y transformadores para la ciudad y sobre todo que vaya más allá de oportunismos electorales de campañas.
Para esto debemos reivindicar y apropiarnos de los medios que permitan alcanzar este acuerdo, iniciando con empoderar al ciudadano y pemitirle participar en la planificación de proyectos para la ciudad, siginifica poner al ciudadano como centro de la agenda urbana, es lo que han hecho históricamente ciudades como Nueva York, Singapur y Londres, con gran éxito lograron un crecimiento equilibrado entre los componentes urbanos, habitacionales, ambientales y el bienestar de sus habitantes empoderando a sus ciudadanos.
En Neiva debemos promover un amplio diálogo ciudadano que no tenga precedentes en la ciudad, que permita presentar y priorizar los proyectos que se deben desarrollar en el mediano y el largo plazo en la ciudad, debemos escuchar a todos los ciudadanos sin distingos políticos ni sociales, sin que medie ningún canditato o partido político, no me queda duda que este ejercicio le permitiría a la ciudad un nuevo aire, un nuevo rumbo, una nueva ruta hacia un desarrollo merecido por la ciudad que hoy se ve tristemente ahogada en problemas que limitan su dinámica, básicamente la ciudad se mueve en una trilogía de informalidad entre lo laboral, la vivienda y la movilidad, que aumenta día a día la brecha de la desigualdad y nos aleja de un desarrollo sostenible para la ciudad.
Este será sin duda alguna el principal insumo para liderar un proceso de desarrollo fruto del empoderamiento de los ciudadanos, un verdadero ejercicio de desarrollo local endógeno en favor del bienestar colectivo. Permitirá que los proyectos estratégicos que allí se definan trasciendan los tiempos de las administraciones de la ciudad y se puedan realizar en el mediano y largo plazo, democratizando las decisiones y las visiones de ciudad.
Convoco entonces para que durante el primer trimestre del nuevo año, se integre un comité cívico suficientemente amplio y comprometido con el desarrollo de la ciudad. Este tendrá como objetivo construir la nueva visión de Neiva, ajena a amiguismos, intereses particulares o politiqueros, deberá contar con la empresa privada y la academia como acompañantes y solo obedecerá a intereses que conlleven al desarrollo armónico de Neiva y será el fruto del empoderamiento ciudadano.
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