Gloria Camargo
Los accidentes de tránsito continúan siendo una problemática en las calles, carreteras y autopistas del país. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en lo que va del año, 2.933 personas han resultado lesionadas, incluyendo a peatones, motociclistas y conductores de vehículos pesados y particulares. Si bien la mayoría de estos accidentes son causados por imprudencias de los conductores, hay casos en los que el mal estado de las vías o la falta de señalización son los responsables, lo que significa una falla del Gobierno.
En caso de sufrir un accidente a causa de un problema en la infraestructura, es importante verificar quién es el responsable del daño. Si el accidente sucede en un espacio privado, la responsabilidad no recae en el Estado. Pero si se trata de una vía pública, se debe revisar cuál es la entidad a cargo: el Distrito o el IDU, según el caso.
En caso de que el responsable sea una entidad estatal, se puede iniciar un proceso administrativo y, si el responsable es un particular, se inicia una acción ante la jurisdicción civil. El Consejo de Estado ha señalado que las entidades estatales deben responder por los perjuicios sufridos que se lleguen a causar por falta de mantenimiento en las vías, obras inconclusas y falta de señalización.
Sin embargo, un caso en contra del Estado puede demorar de cinco a seis años y, después de que se resuelve, puede haber una espera adicional de dos a tres años para que se realice el pago correspondiente.
Es importante que las personas que sufran un accidente de tránsito se blinde de todas las pruebas posibles. En primer lugar, es recomendable exigir la presencia de la autoridad de tránsito para que se levante un reporte en el que se incluyan detalles como la fecha, la hora, las placas, el lugar y las personas involucradas. También se deben asegurar testigos que puedan ser contactados después del accidente y tomar fotografías y videos, y solicitar el informe de las cámaras de los negocios cercanos.
Otra prueba fundamental es el SOAT, que es el seguro obligatorio de accidentes de tránsito que cubre los gastos médicos iniciales. Además, es importante recopilar las historias clínicas y los daños materiales para demostrar los perjuicios sufridos.