En épocas de recesión, el gobierno nacional y las entidades territoriales han tenido que hacer ajustes al gasto público, priorizando la inversión y minimizando las erogaciones, o por lo menos es lo que debería estar sucediendo en los distintos niveles del estado.
Sin embargo, lo que ocurre en el Municipio de Garzón llama la atención: La administración, como casi todas, llego diciendo que las circunstancias presupuestales eran críticas y que recibían muchos problemas para atender con escaso presupuesto.
Contrasta, pues, las limitaciones económicas del municipio, lo dicho por el gobierno local cuando asumió funciones sobre la presunta crisis fiscal y la debida atención al principio de eficiencia, con la dinámica que ha tomado el gasto público en la capital diocesana: Solo por mencionar algunos de los que consideramos desproporcionados gastos que no se compadecen con la realidad y las limitaciones financieras de Garzón, quiero mencionar la celebración del cumpleaños del municipio en el mes de Enero, para cuya realización se firmó un contrato con el fondo mixto de cultura y turismo del Huila por valor de $173.452.433.
Asi mismo, la Expoferia en el mes de Mayo, que tuvo un costo de $596.868.400, que se ejecutaron a través de Corpoagrocentro. Y, en el mismo sentido, la celebración del festival de la alegría en el mes de junio, para lo que se suscribió de nuevo un convenio con el fondo mixto por valor de $937.000.000.
En total, solo en estas tres celebraciones, el gasto para los Garzoneños equivale a $1.707.320.833, monto nada despreciable para un municipio como Garzón, teniendo en cuenta la coyuntura y su realidad presupuestal. El año anterior, los mismos tres eventos tuvieron un costo de $1.201.304.450, sufriendo un aumento para esta vigencia de 506 millones pesos.
Vale la pena resaltar, que dichos gastos se dan en el marco de la estrategia de la administración municipal que pretende promover que Garzón se posicione como la ciudad de “Los grandes eventos”, ante lo que desde esta columna de opinión queremos cuestionar sobre si esa debe ser la prioridad de un municipio que presenta apremiantes desafíos en materia de seguridad, vías, formación cultural, cultura ciudadana, salud mental, agricultura y educación, entre otras.
Sobre este tema, ya en el concejo municipal presentamos cuestionamientos por la poca asignación presupuestal fijada en el plan plurianual de inversiones para algunos sectores que por su incidencia y transversalidad, consideramos deben tener mayor inversión, pues no se comprende como a tan solo 6 meses del inicio del periodo, el costo de los eventos se aproxima a los dos mil millones de pesos, mientras lo aprobado para educación en materia de recursos propios fue de 150 millones de pesos para esta vigencia, o algo más inquietante: el sector agricultura en un municipio con todo el potencia agrícola y pecuario recibió una asignación en el plan de inversiones del plan de desarrollo para todo el cuatrienio de tan solo $400 millones.
Las festividades para una población son importantes, pero su gasto debe ser proporcionado, austero, (El palo no está pa´ cucharas). Asi como reconocemos que se genera dinámica económica por la participación de por propios y turistas en las fiestas, hacemos el llamado a la priorización en la inversión de aquellos sectores que consideramos son más importantes para la vida social, económica y cultural de los Garzoneños.
