En el municipio de La Argentina, Huila, la comunidad católica sigue viva la memoria de un sacerdote cuya vida fue truncada de manera violenta y repentina el 6 de abril de 2002. Juan Ramón Núñez Palacios, conocido por su cercanía con los feligreses y su dedicación en la evangelización, fue asesinado en plena celebración eucarística, un acto que ha marcado la historia del pueblo y de la región. Hoy, más de dos décadas después, muchos esperan que la Iglesia Católica considere este sacrificio como el primer paso para que el padre Juan Ramón sea reconocido como venerable y, eventualmente, como santo.
DIARIO DEL HUILA, CRONICA
POR: ALEJANDRO POLANCO
Juan Ramón Núñez Palacios fue asesinado de manera brutal por miembros de la guerrilla de las FARC, pertenecientes a la columna móvil Teófilo Moreno, mientras celebraba una misa en la iglesia San Isidro Labrador, en La Argentina. El ataque ocurrió mientras el sacerdote estaba distribuyendo la comunión, un momento de profunda significación religiosa. Según relatos de testigos y las investigaciones, los guerrilleros llegaron al templo y, al ser llamado por su nombre, el padre Núñez volteó, momento en el que fue acribillado sin misericordia frente a los feligreses.
Este asesinato, que conmocionó a la comunidad local y al departamento, fue calificado por muchos como un acto de violencia irracional, que no solo arrebató la vida de un ser humano, sino que también mostró la indiferencia y el desdén por la vida y la fe. El sacrificio de Juan Ramón, mientras realizaba su servicio religioso, lo ha convertido en un mártir para la comunidad. La razón de su muerte, atribuida a la guerrilla, se confirma a través de testimonios de personas cercanas al sacerdote y de declaraciones hechas en un programa radial que él mismo ofreció, donde expresó claramente sus temores sobre la violencia y las amenazas en su labor pastoral.
La Iglesia lo considera mártir, pero ahora buscan el paso hacia la santidad
Más de 22 años después de su muerte, la comunidad de La Argentina sigue luchando por un reconocimiento más formal del sacrificio de su sacerdote, quien fue una figura fundamental en el municipio y en los alrededores. Aunque la Iglesia ya lo considera mártir debido a las circunstancias de su asesinato, el siguiente paso en el proceso de canonización es que se le considere venerable, es decir, reconocido oficialmente como un modelo de virtud cristiana. Para ello, es necesario presentar evidencias de su vida de santidad, y la devoción de los fieles hacia él se ha convertido en una de las principales pruebas para el avance en este proceso.
El sacerdote José Adolfo Cenón, quien asumió la parroquia de La Argentina después del asesinato de Juan Ramón Núñez, y acompaños por varios años a la comunidad ha sido una de las voces más activas en este proceso. Aunque no se considera experto en canonización, ha sido testigo del fervor popular y de las acciones de la comunidad que buscan preservar la memoria de su predecesor. “Lo que ocurrió con el padre Juan Ramón es un acto heroico que no se puede dejar en el olvido”, expresó Cenón. “Es importante recordar su sacrificio y lo que significa para la gente, pero el proceso de canonización es largo y requiere un trabajo profundo por parte de la Iglesia”, agregó, dejando claro que, si bien no se toma una postura oficial sobre la santidad, la comunidad ve en él a un hombre de fe y un modelo a seguir.
Milagros atribuidos y la esperanza de la comunidad
Aunque la Diócesis de Garzón no ha confirmado oficialmente los milagros atribuidos al padre Juan Ramón, la comunidad de La Argentina y otras poblaciones cercanas aseguran que han experimentado sanaciones y otros fenómenos extraordinarios al pedir su intercesión. Estos hechos no son suficientes para avanzar en el proceso de canonización, pero la esperanza sigue viva entre los fieles, quienes continúan rezando y venerando al sacerdote, especialmente en la iglesia de San Isidro Labrador, donde su memoria permanece intacta.
En esta iglesia también se encuentran los ornamentos y las ropas con las que el sacerdote fue asesinado, como una forma de mantener viva su presencia y el recuerdo de su sacrificio. Los objetos, que incluyen la casulla, la estola y la copa de la comunión, están exhibidos como un símbolo de su vida entregada al servicio de los demás y a la fe.
El legado del padre Juan Ramón Núñez Palacios es tan profundo y significativo para la comunidad de La Argentina que ha trascendido su muerte. Uno de los mayores homenajes a su memoria es el hecho de que el hospital del municipio lleva su nombre, » E.S.E. Juan Ramón Núñez». Esta institución no solo brinda atención médica, sino que también se ha convertido en un símbolo del compromiso y la dedicación que el sacerdote tenía por su comunidad. El hospital, al igual que su obra pastoral, sigue siendo un referente de servicio y cuidado, lo que refleja la huella perdurable que dejó el padre Juan Ramón en el corazón de todos quienes lo conocieron.
Otros casos similares en el Huila
El caso de Juan Ramón Núñez Palacios no es el primero en el Huila que ha generado una devoción popular que podría llevar a la canonización de un sacerdote. Otros hombres de fe, como Pedro María Ramírez, beato de La Plata, y Gaspar Páez Perdomo, beato de Tello, Huila, han sido reconocidos por la Iglesia como ejemplos de santidad. Si bien la Iglesia no ha tomado una postura oficial sobre el futuro de Juan Ramón Núñez, su historia se enmarca dentro de la tradición de hombres y mujeres que, a través de sus sacrificios y su vida dedicada a la fe, han alcanzado el reconocimiento dentro de la Iglesia. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que su proceso avance.
El padre José Adolfo Cenón señala que la esperanza de la comunidad sigue intacta. “Este no es un camino rápido”, afirma, “pero la devoción de la gente y la fe de quienes lo recuerdan siguen siendo el motor que mantiene vivo su legado”. Aunque la Iglesia no ha tomado una decisión formal sobre el proceso de canonización, la petición de que el padre Juan Ramón Núñez sea reconocido como venerable es un paso hacia el reconocimiento oficial de su santidad.
Así, en el municipio de La Argentina, Huila, la comunidad no solo busca recordar al sacerdote asesinado, sino también honrar su sacrificio y seguir su ejemplo de fe. Mientras tanto, la Iglesia continúa evaluando su vida, sus virtudes y su martirio, con la esperanza de que algún día el padre Juan Ramón Núñez Palacios sea reconocido como un santo de la Iglesia Católica, un hombre cuya vida fue entregada por completo a la fe y a su pueblo.