Según los resultados arrojados por la encuesta “Plaza Pública”, de la empresa chilena de investigación de opinión pública, Cadem, en su publicación número 437, correspondiente a la cuarta semana de mayo, el desapruebo al gobierno de Gabriel Boric aumentó en un 57%, es decir, una subida de 7 puntos con respeto a la semana anterior. Convirtiéndose este en el nivel de rechazo más alto desde que asumió la presidencia el 11 de marzo del año en curso.
En este sentido, la aprobación hacia el mandatario izquierdista alcanzó la cifra de 36%, lo que se traduce en dos puntos menos con respecto a la semana pasada, mientras que su nivel de confianza retrocedió 10 puntos, cayendo en un 41%. Sin embargo, estos no son los únicos indicadores en los que Boric se ve afectado, en casi todos los atributos de su figura presidencial hay una caída permanente con respecto a la opinión que tienen los chilenos sobre su gobierno.
Así, en menos de tres meses de la presidencia de Boric, su autoridad y liderazgo se ubica apenas en el 38%, 13 puntos menos que la semana pasada. En cuanto a las garantías de gobernabilidad, los chilenos lo calificaron en un 42%, es decir, 15 puntos por debajo que hace siete días y con respecto a la apreciación de poseer un buen equipo de gobierno, la encuesta arrojó una caída de 18 puntos en una semana, o sea, 39%.
Estas cifras se ven directamente relacionadas a cuatro puntos en los que el presidente ha sido peor evaluado. En primer lugar, su capacidad para mantener el orden público, que se registró en 32%, es decir 7 puntos menos que hace una semana. La gestión en cuanto a la inmigración que también se ubicó en 32%, 6 puntos por debajo que hace siete días. Su capacidad para enfrentar la delincuencia que se marcó un 28%, cayendo 4 puntos y su habilidad para gestionar el conflicto mapuche en La Araucanía que registró una caída de 13 puntos, llegando a un 25%.
Un informe, elaborado por la organización no gubernamental argentina Directorio Legislativo, el cual tituló como “Imagen del poder”, concluyó que, en los primeros meses de 2022, en la mayoría de los países de América Latina, se mantuvieron en aumento los niveles de desaprobación altos o muy altos con respecto a sus gobiernos.
Frente al mandatario de Chile, indicó que, “ha intentado evitar a toda costa la declaración del estado de emergencia en las regiones de la Araucanía y Biobío, zonas calientes del conflicto mapuche, que tanto criticó desde la oposición. Sin embargo, su propuesta de establecer un ‘estado intermedio de protección y resguardo’ naufragó por falta de acuerdos dentro de la propia coalición de gobierno. Así las cosas, y ante la presión de los gremios de transportistas, declaró el estado de emergencia, aunque acotado a rutas y caminos”.