Carlos Yepes A.
A cuatro meses de las elecciones regionales ya empezaron a publicarse las encuestas sobre las preferencias electorales en materia de gobernación y alcaldía de Neiva. A pesar de que aún falta “que pase mucha agua por debajo del puente”, representan una primera fotografía de lo que está en el imaginario de los huilenses y los neivanos hoy.
Era de esperarse que los apellidos y las exposiciones mediáticas que han tenido algunos candidatos favorezcan sus registros en dichas encuestas pero lo que realmente debe primar en adelante es la medición de los mismos a partir de sus propuestas y planes de gobierno, técnicamente no se vota por un candidato si no por un programa de gobierno.
Llevar el apellido Gechem, Villalba y Casagua les facilita gozar de un reconocimiento derivado de años de ejercicio público, lo que hace que las encuestas de entrada les favorezcan y sus nombres sean fácilmente referidos por los electores. De igual forma le sucede al Dr Lara, su apellido va por delante de cualquier buena o mala gestión que le quieran atribuir. Los demás candidatos deben luchar por ser reconocidos por el común de los electores, esta disparidad posibilita un sesgo hacia los nombres que permanecen en el imaginario de la gente.
Para minimizar estos sesgos y hacer más “productiva” la contienda y en concordancia con la Ley 131 de 1994 que establece que “los candidatos a ser elegidos popularmente como gobernadores y alcaldes deberán someter a consideración ciudadana un programa de gobierno, que hará parte integral de la inscripción ante las autoridades electorales respectivas”, debemos concentrar la escogencia de los nuevos dirigentes basándonos en sus propuestas y planes de gobierno.
Lejos de sus apellidos y trayectorias están las actuales necesidades de un departamento y una ciudad sumidos en un procesos de desarrollo fallido, décadas pérdidas donde han primado intereses personales y de clanes políticos por apoderarse de la burocracia y los gananciales que deja el ejercicio del poder, poder hasta hoy mal concebido y enfocado hacia el detrimento de todo un departamento, sino miremos las cifras y comparemos cómo está el Huila en el contexto nacional.
Necesitamos que las encuestas midan la percepción de los huilenses no de apellidos sino de propuestas, queremos escuchar de los candidatos que piensan hacer para contribuir a resolver los problemas de pobreza, inseguridad, empleo, productividad, salud, educación y demás que riñen con el paraíso que muchas veces nos “pintan” con sus nombres o eslogan de campañas.
De esta manera amigos huilenses, hay que promover una contienda limpia, con propuestas, que conduzcan a resolver nuestros problemas, a salir de este letargo de pobreza y a construir nuestro anhelado “acuerdo para vivir mejor”
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