“Llevamos años cayendo en este error sin pensar que es glucosa lo que realmente se necesita, un compuesto que podemos encontrar en alimentos que ni siquiera tienen un sabor dulce”, explicó el dietista-nutricionista Aitor Sánchez.
Según datos del Instituto Nacional de Salud, en Colombia, para 2019 la diabetes era la sexta enfermedad que más muertes causaba, con al menos 6.000 al año. En 2021, el Fondo Colombiano de Enfermedades de Alto Costo estimó que en el país había 1’676.885 personas con diagnóstico de diabetes.
Existe el azúcar intrínseco; que es el propio de los alimentos que se puede encontrar, por ejemplo, en las frutas -que mientras no se ingieran como zumo- será un azúcar natural y sano, como lo explica Mariona Martín, dietista y el azúcar libre que básicamente es el endulzante, es decir, el azúcar que se utiliza en casa o que está presente, por ejemplo, en postres, jugos de botella y gaseosas. Por ello, es tan dañino y se recomienda evitarlo en consumos excesivos.
Dejar de consumir azúcar, en especial cuando es libre, aportará grandes beneficios a su salud, estado y aspecto físico; además de evitar el paso por enfermedades que lo perjudicarían con el tiempo.
No obstante, hay quienes siguen creyendo en mitos que se basan en insistirles a las personas que el no consumo de azúcar los debilitará y les afectará su metabolismo. Y la realidad es que no, de hecho, se han conocido testimonios que afirman que eliminar el azúcar de sus vidas ha sido la mejor decisión que han tomado.
Sacha Harland, un holandés de 22 años, hizo un experimento, el cual fue difundido en internet: dejó el azúcar por un mes, según confesó en el documental ‘Guy gives up added sugar and alcohol for 1 month’.
Al abandonarlo, pudo percibir sensaciones en su cuerpo y cerebro como cansancio, mal humor, falta de energía, niebla mental, confusión, poca capacidad para pensar e incluso abstinencia.
Esto solo sucedió por una semana; el resto de los días y meses pudo ver los cambios positivos como bajar de peso, sentir motivación para hacer actividad física y una reducción del colesterol en un ocho por ciento.
«En la última semana del experimento me levanté con más facilidad y tuve más energía. Ha sido una sorpresa agradable, ya que no pensaba que físicamente me sentiría tan diferente», contó en dicho documental.
¿Sacrificio?
Sin embargo, abstenerse de consumir azúcar puede significar, para muchos, dejar de comer carbohidratos y otros alimentos que se crean perjudiciales para la salud. Por ello, la dietista española insiste en diferenciar entre los azúcares intrínsecos, los libres, y la fruta entera, que, a pesar de tener azúcares sencillos, es saludable, como se dijo anteriormente.
El no consumo de azúcar es difícil de manejar, ya que está presente en verduras, cereales o legumbres integrales.
“No los tenemos que retirar de la dieta, porque si lo hacemos, podemos perder demasiada masa muscular y podemos sufrir afectaciones porque el cuerpo acaba utilizando las grasas en vez de los hidratos como fuente de energía”, señaló Martin.
Ahora bien, tanto Martín como muchos expertos recomiendan consumir los azúcares intrínsecos en la fruta entera y nunca en zumos, es decir, cuando se preparan jugos, ya que estos azúcares son los que el cuerpo absorbe rápidamente y los convierte en grasa.
Los beneficios
Eliminar entonces el azúcar libre, traerá beneficios para la salud como la reducción de la ansiedad, pérdida de peso, recuperación de agilidad -especialmente en personas con obesidad- y mejoras en la sangre con un componente cardiosaludable positivo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda que, tanto adultos como niños, “reduzcan la ingesta de azúcares libres a menos del 10 % de la ingesta calórica total. Una reducción a menos del 5 % de la ingesta calórica total aportaría beneficios adicionales para la salud”.
Es decir, lo aconsejable es que los adultos no se excedan de los 50 gramos o las 12 cucharaditas diarias de azúcar. Si quieren estar más saludables, lo ideal es que no sobrepasen los 25 gramos en su día.
Para limitar el consumo de este, la OMS hace un llamado a dejar de lado las bebidas azucaradas y las golosinas. Ese amplio catálogo incluye, por ejemplo, gaseosas, refrescos, aguas aromatizadas, bebidas energéticas y té.
