A pesar de los reiterados llamados del Gobierno Departamental al Nacional para abordar la crítica situación en el Huila con el aumento de las disidencias de las FARC, no se perciben respuestas. Ante este silencio, el gobernador Luis Enrique Dussán ha urgido a evaluar la disposición de paz de este grupo insurgente y ha instado al gobierno a utilizar la fuerza del Estado para hacerle frente.
Diario del Huila, Panorama
En reiteradas ocasiones, los habitantes del Huila se han visto obligados a abandonar sus quehaceres cotidianos para participar en reuniones convocadas por las disidencias de las FARC, bajo el pretexto de establecer normas de convivencia.
Sin embargo, estas reuniones van más allá de lo declarado, incluyendo intimidaciones, extorsiones, asesinatos y actos contrarios a la Fuerza Pública. Todo con el objetivo único de infundir temor y expandir su influencia, transformando al Huila en un corredor estratégico entre Caquetá, Cauca y Putumayo, buscando así controlar la ruta del narcotráfico.
Estas acciones, de conocimiento público para el Gobierno Nacional, han sido ignoradas ante las súplicas de la dirigencia departamental, cediendo inadvertidamente el control de la ‘Tierra de Promisión’ a las disidencias.
Un ejemplo reciente y preocupante fue la presencia de hombres armados en el centro poblado de Valencia de la Paz, en la zona rural de Íquira, comportándose como ciudadanos comunes en un día de mercado. Estas situaciones, cada vez más frecuentes, desmoralizan a las fuerzas de seguridad, mientras el presidente Gustavo Petro parece más ocupado en responder a tuits que en gobernar para las regiones.
Remando contra la corriente
Ante estos desafíos crecientes para alcanzar la paz en Colombia, el Gobernador del Huila, Luis Enrique Dussán López, ha emitido un urgente llamado al Gobierno Nacional, instando a una acción inmediata para contrarrestar las dificultades en la región. Destaca la necesidad de medidas operativas contundentes y garantías de seguridad tanto en zonas urbanas como rurales.
Dussán López resalta que la problemática se extiende por todo el Huila, no limitándose al occidente, sino afectando también al norte y al centro, obstaculizando el progreso positivo en este crucial proceso. La Gobernación del Huila ha comunicado al Gobierno Nacional su responsabilidad directa en el mantenimiento de la seguridad, solicitando una acción más enérgica y eficaz por parte de las autoridades nacionales.
«La situación actual aquí no es positiva. El proceso de paz facilita la infiltración de grupos delictivos en nuestra población. Hemos pedido al Gobierno Nacional una mayor acción operativa, respaldando a nuestra fuerza pública, tanto el Ejército como la Policía, con la esperanza de resolver pronto esta situación que afecta la seguridad de nuestros ciudadanos urbanos y rurales en el Huila», expresó Dussán López.
La Gobernación del Huila hace un llamado urgente para garantizar la seguridad de todos los habitantes del departamento, con el objetivo de consolidar un entorno propicio para el desarrollo pacífico y sostenible de la región. Además, el gobernador enfatiza que estas disidencias deben demostrar su compromiso real con el proceso de paz, ya que el famoso cese bilateral no ha sido respetado. En caso de falta de avances, insta al gobierno a combatirlos con la fuerza del Estado, proporcionando garantías a todos los ciudadanos, tanto urbanos como rurales del Huila.
Se espera que el Gobierno Nacional tome medidas efectivas y rápidas para abordar la situación, comprometiéndose con el proceso de construcción de la paz y garantizando la seguridad de los ciudadanos del Huila. Frente al último incidente en Valencia de La Paz, el secretario de Gobierno Departamental, Andrés Mauricio Muñoz, destaca la importancia de la colaboración activa de la comunidad y hace un llamado a la denuncia ciudadana para mantener informadas a las autoridades sobre posibles amenazas.
Muñoz subraya la existencia de un vacío normativo, ya que el decreto del cese al fuego sigue vigente, pero las mesas de diálogo están suspendidas. Ante esta incertidumbre, el Gobierno Departamental insta al Gobierno Nacional a proporcionar orientaciones claras sobre el futuro del proceso de paz y el cese al fuego. El gobierno departamental reitera su compromiso con la seguridad y el bienestar de la comunidad, colaborando estrechamente con las autoridades competentes para asegurar un ambiente de paz y tranquilidad en el departamento.
¿Quién es Iván Mordisco?
Su nombre verdadero es Néstor Gregorio Vera Fernández. El 3 de mayo de 2016, mientras la cúpula de las FARC se hallaba en un punto muy avanzado de las negociaciones en La Habana con el Gobierno de Juan Manuel Santos, alias Iván Mordisco anunciaba, a través de un comunicado, que un grupo de guerrilleros del Frente Primero bajo su mando no entregarían las armas. Fue la semilla de las disidencias.
Iván Mordisco (también conocido como Iván Losada) es reconocido como dogmático y radical, “siempre en desacuerdo con la salida o negociación política”, detallaba en su momento un informe sobre el origen de las disidencias de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), que le atribuye un proceso de “degradación criminal”. Lo distinguía una actitud abiertamente hostil a los acuerdos y hacia quienes los promovían. También su oposición a los programas de sustitución de cultivos ilícitos, además de una marcada violencia y desconfianza hacia la población civil, particularmente las comunidades indígenas.
El presidente Iván Duque lo dio por muerto en julio de 2022, al final de su mandato. Pero Mordisco reapareció dos meses después en un video en el que anunciaba estar dispuesto a dialogar con el nuevo Gobierno de Gustavo Petro en el marco de la política de paz total.
¿Cuándo nacieron las disidencias de las FARC?
El fenómeno comenzó en la recta final de las negociaciones de La Habana, cuando una de las estructuras más representativas de las FARC, el Frente Primero, que operaba en el sureste del país, publicó a mediados de 2016 un comunicado en el que se apartaba del proceso, al que tildó como una “traición”. Ese anunció provocó que la dirigencia de las FARC expulsara a cinco mandos que desafiaron la verticalidad de la insurgencia, entre ellos Gentil Duarte, al que antes habían enviado a la zona para intentar poner orden. Desde entonces surgieron otras facciones en distintas regiones.
El tema de las disidencias adquirió otra dimensión cuando Iván Márquez, quien fuera jefe negociador en los diálogos con el Gobierno, anunció en agosto de 2019 que retomaba las armas junto a otros jefes de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que se habían apartado de sus compromisos con el sistema de justicia transicional. Sus intentos para unirse con Gentil Duarte e Iván Mordisco se estrellaron con la resistencia de esas estructuras, que ya tenían una importante influencia en el suroriente de Colombia y al otro lado de la frontera con Venezuela. Aunque no hubo una desbandada de firmantes de paz, como se temió en un primer momento, el fuego de las disidencias ha estado alimentado por nuevas dinámicas de reclutamiento forzado, a menudo de menores de edad.
Las disidencias no son fáciles de encajar en una misma categoría. El EMC es una amalgama de estructuras muy diversas, advierte un análisis de la FIP. “Tienen diferentes orígenes y motivaciones para su surgimiento, compuestas por disidentes (entre ellos una parte no menor de milicianos), reincidentes que firmaron el Acuerdo y retomaron las armas, y nuevos reclutas que componen la mayor parte de las bases de estos grupos”.