La muerte de John Matthew Salilig, un joven estudiante de ingeniería química de 24 años, ha sacudido a la opinión pública filipina y ha reavivado el debate sobre la necesidad de prohibir o regular las prácticas de las fraternidades universitarias.
Según las autoridades, el joven fue brutalmente golpeado por siete miembros de la fraternidad Tau Gamma Phi durante un ritual de iniciación en la Universidad de Adamson en Manila.
El ritual, que duró al menos dos horas, se hizo pasar por una novatada, pero en realidad se trató de una práctica de extrema crueldad que terminó con la vida de Salilig. Los miembros de la fraternidad decidieron enterrar el cuerpo en lugar de quemarlo y se entregaron a la policía una semana después, tras la denuncia interpuesta por los hermanos del joven sobre su desaparición.
La autopsia reveló que Salilig murió por los severos golpes recibidos y la policía investiga ahora la muerte del conductor del coche que transportó el cuerpo de la víctima, quien apareció muerto días después. Estos grupos de estudiantes, en los que todos los miembros son asignados un alias una vez que pasan el ritual de iniciación, son muy populares en Filipinas, y aunque se aprobó la «ley anti-novatadas» en 1995, la norma no ha frenado su práctica.
Desde el año 2000, al menos 50 jóvenes han muerto durante estas prácticas, lo que ha llevado a numerosas voces a reclamar la prohibición o regulación de estos ritos. Mientras tanto, el país sigue debatiendo qué más medidas se pueden tomar al respecto.
