Por primera vez en la historia, el Tribunal del Vaticano inició un juicio contra un cardenal. Se trata del italiano de 73 años Giovanni Angelo Becciu, quien ha sido referido como uno de las personas más influyentes en la Santa Sede pero que ahora pasa ser investigado por estar relacionado a gastos irregulares.
Junto a Becciu hay otras 9 personas y 4 empresas que son acusadas de adelantar una inversión de 412 millones de dólares a nombre de la Secretaría de Estado de la Santa Sede en un lujoso edificio en el barrio de Chelsea en Londres (Inglaterra).
Pese a la acusación, Becciu se ha declarado inocente y ha asegurado que va al juicio porque “siempre he sido obediente al papa, que me ha encargado muchas misiones en la vida y que ha querido que fuera procesado. Estoy sereno, con la conciencia tranquila».
A su vez se revisan acusaciones contra Becciu por aparentemente desviar dineros de “limosnas y donaciones” para financiar actividades de personas cercanas. Por ello el excardenal afronta cargos de abuso de poder y peculado que se suman a otros como estafa, malversación, corrupción, blanqueo de capitales o apropiación indebida.