La videollamada, facilitada por la Cancillería de Colombia a través de la cónsul Vilma Velásquez, permitió a los detenidos, que se encuentran en prisión en Puerto Príncipe, establecer un contacto visual emotivo con sus seres queridos. 17 exmilitares colombianos, detenidos en Haití desde hace tres años por su presunta implicación en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, lograron comunicarse con sus familias en Colombia por primera vez desde su arresto.
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El contacto se logró gracias a las gestiones de la Cancillería colombiana, y las videollamadas fueron realizadas directamente desde la prisión donde los exmilitares están recluidos. Según informes de La FM, las conversaciones fueron profundamente emotivas y revelaron las duras condiciones que enfrentan los detenidos. Las imágenes mostraron a los exmilitares conversando con sus familiares, y durante las llamadas, también se les proporcionó alimentos frescos. Luis Carlos Vélez, periodista, reportó que Enalbert Vargas, uno de los detenidos, expresó tranquilidad a sus seres queridos: “Todo está bien, los amo mucho, muchos saludos a todos por allá”.
Los exmilitares han estado esperando juicio en condiciones que han sido objeto de críticas por parte de observadores internacionales y defensores de derechos humanos. La situación ha generado un fuerte escrutinio debido a las duras condiciones carcelarias y la duración prolongada de su detención sin una resolución judicial definitiva.
El asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021 en su residencia en Puerto Príncipe ha sido uno de los casos más complejos y políticamente cargados de los últimos años. Las investigaciones han revelado una red de complicidades y delitos graves que incluyen asociación para delinquir, robo a mano armada, terrorismo y asesinato. Uno de los aspectos más impactantes del caso es la posible implicación de Martine Moïse, la viuda del expresidente. Según las autoridades, podría estar vinculada a una asociación criminal relacionada con el magnicidio. Testimonios indican que Martine estuvo presente en el Palacio Nacional la noche previa al asesinato, lo que ha intensificado el escrutinio sobre su posible participación en los eventos.
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El asesinato fue perpetrado por un grupo de mercenarios, en su mayoría colombianos, quienes no solo acabaron con la vida de Moïse, sino que también hirieron a su esposa, quien fue trasladada a Estados Unidos para recibir atención médica. La complejidad del caso sigue siendo objeto de investigación y de un seguimiento internacional exhaustivo.
