La decisión del gobierno departamental y de los alcaldes municipales, de realizar las festividades presenciales, ha generado unas expectativas positivas para los gestores culturales, que, durante dos años, han tenido un receso por las restricciones que impusieron las autoridades por la pandemia del Covid. Gracias a la reducción de los contagios y fallecimientos por este virus, se ha logrado una reducción significativa de estos indicadores, que han contribuido a revitalizar la dinámica productiva de la región, que presentó un crecimiento económico adverso para la generación de empleo.
Recordemos que las fiestas Sampedrinas en el departamento del Huila, obligó a todas autoridades a suspender todas las actividades donde se presentaban aglomeración de masas, por los riesgos que se habían suscitado por un contagio masivo de esta enfermedad viral. Para el común de la ciudadanía, era inverosímil que grandes conciertos, festivales, actividades académicas y culturales, competencias deportivas correspondientes a diversas disciplinas donde confluyen miles de personas, se hubieran suspendidos o aplazados por culpa de Covid. De manera definitiva se suspendieron las festividades presenciales durante los años 2020 y 2021 de manera presencial.
Aquí empezó el viacrucis para los gestores culturales, que tenían la ilusión de tener las oportunidades para desarrollar sus actividades. Pero la administración municipal de Neiva y algunos alcaldes del departamento empezaron a realizar algunas actividades que se tenían previamente programados, mediante la utilización de plataformas virtuales. Pero había que mirar esta determinación dentro de otro contexto. La situación que vivieron los gestores culturales y los pequeños empresarios que se habían preparado con antelación, fue crítica, porque vieron esfumados sus sueños de participar en estas festividades en donde fueron cancelados de manera presencial las fiestas.
El drama humano era dantesco en las vías urbanas de los municipios huilenses. Muchos grupos musicales, rajaleñas y bandas papayeras, tomaron la iniciativa de salir a las calles de Neiva, para interpretar sus melodías con el fin de llamar la solidaridad de las personas para que les apoyaran económicamente y que les contribuyan a aliviar su situación apremiante que estaban presentando con sus familias. Este ejemplo lo hicieron otras organizaciones musicales y folclóricas en otras regiones del país. Llegaban a los condominios cerrados y empezaban a tocar sus melodías, encantando a todas las familias que se encuentran confinadas.
Pero, la situación actual es diferente, Todas estas actividades volverán a realizarse con la asistencia del público como ocurrió durante los años de la prepandemia. Así todos los concursos del festival se convocaron para volver a incentivar a estos grupos folclóricos, buscando el control y la prevención evitando el descontrol y la laxitud en los comportamientos de las personas. Será muy complejo para muchos actores culturales, porque volverán a vivir las fiestas sin la utilización de las plataformas digitales.
