Experiencia maravillosa

DESHOJANDO MARGARITAS

Por Margarita Suárez

A raíz de la investigación para publicar mi primer libro en Amazon, he vivido experiencias increíbles y maravillosas. Buscando archivos encontré apuntes de sucesos de hace 30 años, que escribí, pero nunca compartí porque eran confidencias obtenidas en reuniones de amigos. Uno de los tantos manuscritos que conservo, guardado para recordar los datos, es un papel ya amarillento por causa del tiempo, con información valiosa de la cual no recordaba con exactitud los detalles. Son historias que me contó mi paisano garzoneño, el general Octavio Vargas Silva, en ese momento director de la policía nacional y comandante del bloque de búsqueda, en tertulias que hacíamos debido a nuestra amistad de toda la vida. En días recientes a la ocurrencia de los sucesos de los cuales fue líder Octavio, no era prudente contar dichas confidencias, ni siquiera a familiares o amigos, mucho menos publicarlos en la prensa. Cualquier palabra de más que se dijera, resultaba peligrosa. Pero hoy día ya el tema es perfectamente abordable, entre otras cosas porque corrobora el impecable manejo que dio el General a una situación excesivamente espinosa. Se trata de recuentos sobre los operativos que comandó para dar de baja a dos de los más temibles narcotraficantes del momento en Colombia, Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Emilio Escobar Gaviria, ambos logrados con estrategias muy precisas. En esta ocasión, ya sin ataduras, relato en el libro los hechos, en versión lograda en su momento con el protagonista. Otra anécdota, esta vez de carácter familiar, tiene que ver con una foto de mi hermano, el exalcalde de Neiva, Pedro Suarez, cuya historia es increíble. Pedrito, como le decíamos por ser el menor de ocho hijos, siempre ha sido apasionado por el deporte, en especial el fútbol y el boxeo. Tenía 12 años y mi padre lo envío de Neiva a Bogotá, para que asistiera al evento taurino en Vistahermosa, solicitándome encarecidamente que le tomara una foto con el boxeador Muhammad Ali, que era el invitado de honor. En medio del alboroto, se me olvidó el encargo. Apenas llegué al apartamento donde residía en Bogotá, entró la llamada desde Neiva de mi padre, al teléfono fijo, en esa época no había celular. Le dije la verdad y obviamente se disgustó. Al día siguiente me llamó feliz a agradecerme por haber sacado en El Espectador, la foto en primera página de Pedro mirando alelado a Ali. Nada que ver, pero mi padre no me creía inicialmente, pensó que había ocultado la verdad para darle a él la sorpresa al día siguiente. Pasó que al reportero gráfico del periódico le pareció divertida la pose de mi hermano recostado en una columna mirando al campeón, tomó la foto y la publicaron. La encontré hace poso días y la incluí en mi libro El punto C del Éxito, secretos de mis personajes, que los lectores pueden conseguir en Amazon. Les comparto el link del libro: https://www.amazon.com/dp/B0CDZ41TCH?ref_=pe_3052080_397514860.