Para Colombia, ha sido un fallo histórico por la decisión judicial tomada el día anterior por la Corte Internacional de la Haya, que negó definitivamente las pretensiones que tenía Nicaragua, para extender la plataforma submarina en 150 millas. Solo los especialistas en derecho internacional entienden lo que sucedió en donde Colombia enfrentó tres demandas de Nicaragua, dos de ellas ya resueltas negativamente y que la tercera favoreció al territorio colombiano. Haciendo un poco de historia de éstas, la primera, leída en 2012, destapó una serie de ligerezas diplomáticas en términos de relaciones internacionales de Colombia desde los años 60, porque puso al descubierto que la estrategia jurídica en términos de derecho internacional no era la adecuada y que la presencia del país en aguas del Caribe estaba bien comprometida.
En ese momento hubo una reacción desproporcionada y el país decidió salirse del llamado Pacto de Bogotá en lugar de sentarse a negociar con Nicaragua, pues era el momento para no seguir cediendo soberanía y plataforma marítima. Hasta ese momento, nunca hubo una estrategia jurídica de largo plazo que tuvo que cambiarse; ese fallo solo confirmó las derivaciones del primero al decir que Colombia había incumplido y le garantizó derechos a los raizales. Los políticos de ese momento aplicaron la estrategia de exaltar la soberanía y atacar el tribunal internacional, sin conciencia de que aún había un tercer veredicto que podía afectar intereses económicos en la plataforma marítima.
Ese fallo fue salomónico, pues Colombia contrademandó argumentando que Nicaragua (i) violó los derechos de pesca artesanal de los habitantes del Archipiélago, limitando su acceso y explotación a los bancos de pesca, y (ii) cuando expidió un decreto contrario al derecho internacional relacionando líneas de base a partir de los cuales mide los espacios en el Caribe, adjudicándose, de forma unilateral, áreas en perjuicio de nuestros intereses. Pues esto fue lo que la Corte tuvo encuenta y mediante una buena argumentación jurídica expuesta por los abogados designados por los expresidentes Santos y Duque, lograron que se diera este fallo histórico y que le niega a Nicaragua la posibilidad de seguir exigiendo estas aguas territoriales que pertenecen a Colombia.
Recordemos que Nicaragua sostenía que tanto el derecho consuetudinario como el artículo 76 de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar ofrecían una cobertura legal a su demanda. Pero afortunadamente Colombia, no ratificó dicha Convención y que Managua no pudo demostrar científicamente que tenía una plataforma continental que se extiende más allá de 200 millas, lo cual ha generado un tsunami político al interior de dicho país. La pretensión del gobierno nicaragüense era ambiciosa y que finalmente el veredicto de La Haya de 13 votos a favor y 4 en contra terminaron inclinando la balanza en favor de Colombia.
